El ‘olvidado’ de la foto: La desconocida historia del atleta australiano Peter Norman

Archivo / Martin Thomas / Agencia UNO
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Es de los actos más recordados en la historia del deporte mundial. El 16 de octubre de 1968, los atletas estadounidense Tommie Smith y John Carlos pasaron a la posteridad en los Juegos Olímpicos desarrollado en Ciudad de México, al realizar una simbólica protesta en el podio de los 200 metros planos.

La imagen de ambos atletas –ganadores del oro y bronce de la prueba- alzando sus puños cubiertos con guantes negros, reclamando por los conflictos raciales que se vivían en Estados Unidos quedó definida como el saludo del ‘Black Power’ y traspasó una vez más los conflictos sociales a un ámbito que habitualmente ha querido mantenerse al margen: el deporte.

Lo ocurrido con Smith y Carlos es conocido. Ambos fueron sancionados y aislados en su país, aunque años más tarde se reconoció su valentía, siendo homenajeados en diversas ocasiones por su aporte en la búsqueda de la igualdad racial y social.

Pero ese día de 1968, el podio de la prueba tenía un tercer participante. Se trataba del australiano Peter Norman, quien en las imágenes pareciera estar ajeno a lo que ocurría a sus espaldas, pero que en realidad estaba muy vinculado en la protesta. Algo que terminó costándole dolorosas consecuencias.

Archivo | AFP

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El parche y la idea

Peter Norman (Coburgo, 1942), parte de una familia formada en el Ejército de Salvación y profesor de educación física, era también un consistente atleta australiano, especialista en pruebas de velocidad y que en los 200 metros planos de los JJ.OO de México consiguió un notable registro de 20,06, números que aún se mantienen como la mejor marca de su país.

Tras la prueba, llegó el momento. Smith y Carlos decidieron ejecutar su plan, que consistía en aprovechar el sonido del himno de Estados Unidos para alzar sus manos luciendo cada uno un par de guantes negros , mientras estaban descalzos y exhibían un parche del Proyecto Olímpico de los Derechos Humanos, idea que buscaba instalar el tema racial en el evento deportivo.

Todo se organizó en el camarín, donde los estadounidenses consultaron a Norman si quería sumarse a la acción. Y la respuesta fue positiva por parte del australiano -sensibilizado por la causa debido a los problemas que afectaban a los aborígenes de su país- quien decidió usar el parche en su chaqueta, sobre el escudo de su país. Para la anécdota quedará que fue el atleta quien sugirió a sus colegas usar un guante cada uno, ya que Carlos había olvidado su par en la Villa Olímpica.

Tommie Smith recordó en una entrevista al diario El País de España lo ocurrido. “Norman llevó el parche del OPHR. Yo no quería que un hombre blanco la llevara. El Proyecto era para todas las personas del mundo, negras o blancas, y yo no quería que nadie tuviera problemas por eso. La idea de que Norman la llevara fue de John Carlos y él también quiso llevarla sobre el escudo del comité australiano” indicó, agregando que “conocía la historia de Australia sobre cómo habían tratado a los aborígenes. Sabía que eso podía ser un problema para él porque se interpretaba que estaba de parte de los negros de Estados Unidos. Y eso fue lo que sucedió. Como a nosotros, le echaron de la Villa Olímpica, abusaron de él en su país, le apartaron socialmente”.

El ostracismo y las disculpas

Tras la ceremonia, Norman enfrentó la molestia del gobierno de su país, quien cuestionó su postura, mientras parte de los medios de comunicación y la sociedad australiana lo condenaban. El golpe más evidente fue no participar de los siguientes Juegos, en Múnich 1972, pese a contar con las marcas suficientes para hacerlo en 100 y 200 metros. No lo habían perdonado.

Los años siguieron y la vida deportiva de Norman había quedado terminada. Incluso, en los JJ.OO. de Sydney 2000 no fue considerado en la ceremonia, pese a los claros avances de inclusión social que se habían llevado a cabo en su país.

Norman murió en 2006, tras problemas cardíacos.
En su funeral estuvieron Smith y Carlos, quienes transportaron su urna, en un gesto lleno de simbolismo para quién había aportado a su causa.

Pero en 2012 llegó un momento importante, luego que el estado australiano se disculpara por todos los padecimientos sufridos por el atleta. Un reconocimiento póstumo y que para muchos tardío, pero que para sus familiares significó un mínimo acto de justicia, para un hombre condenado al ostracismo por defender la posibilidad de vivir en un mundo más justo. Peter Norman ya no era el olvidado de la foto.

En 2008, el sobrino de Peter, Matt Norman, estrenó el documental ‘Salute’, que recoge la historia de lo ocurrido en México. Revisa su trailer

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Es de los actos más recordados en la historia del deporte mundial. El 16 de octubre de 1968, los atletas estadounidense Tommie Smith y John Carlos pasaron a la posteridad en los Juegos Olímpicos desarrollado en Ciudad de México, al realizar una simbólica protesta en el podio de los 200 metros planos.

La imagen de ambos atletas –ganadores del oro y bronce de la prueba- alzando sus puños cubiertos con guantes negros, reclamando por los conflictos raciales que se vivían en Estados Unidos quedó definida como el saludo del ‘Black Power’ y traspasó una vez más los conflictos sociales a un ámbito que habitualmente ha querido mantenerse al margen: el deporte.

Lo ocurrido con Smith y Carlos es conocido. Ambos fueron sancionados y aislados en su país, aunque años más tarde se reconoció su valentía, siendo homenajeados en diversas ocasiones por su aporte en la búsqueda de la igualdad racial y social.

Pero ese día de 1968, el podio de la prueba tenía un tercer participante. Se trataba del australiano Peter Norman, quien en las imágenes pareciera estar ajeno a lo que ocurría a sus espaldas, pero que en realidad estaba muy vinculado en la protesta. Algo que terminó costándole dolorosas consecuencias.

Archivo | AFP

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El parche y la idea

Peter Norman (Coburgo, 1942), parte de una familia formada en el Ejército de Salvación y profesor de educación física, era también un consistente atleta australiano, especialista en pruebas de velocidad y que en los 200 metros planos de los JJ.OO de México consiguió un notable registro de 20,06, números que aún se mantienen como la mejor marca de su país.

Tras la prueba, llegó el momento. Smith y Carlos decidieron ejecutar su plan, que consistía en aprovechar el sonido del himno de Estados Unidos para alzar sus manos luciendo cada uno un par de guantes negros , mientras estaban descalzos y exhibían un parche del Proyecto Olímpico de los Derechos Humanos, idea que buscaba instalar el tema racial en el evento deportivo.

Todo se organizó en el camarín, donde los estadounidenses consultaron a Norman si quería sumarse a la acción. Y la respuesta fue positiva por parte del australiano -sensibilizado por la causa debido a los problemas que afectaban a los aborígenes de su país- quien decidió usar el parche en su chaqueta, sobre el escudo de su país. Para la anécdota quedará que fue el atleta quien sugirió a sus colegas usar un guante cada uno, ya que Carlos había olvidado su par en la Villa Olímpica.

Tommie Smith recordó en una entrevista al diario El País de España lo ocurrido. “Norman llevó el parche del OPHR. Yo no quería que un hombre blanco la llevara. El Proyecto era para todas las personas del mundo, negras o blancas, y yo no quería que nadie tuviera problemas por eso. La idea de que Norman la llevara fue de John Carlos y él también quiso llevarla sobre el escudo del comité australiano” indicó, agregando que “conocía la historia de Australia sobre cómo habían tratado a los aborígenes. Sabía que eso podía ser un problema para él porque se interpretaba que estaba de parte de los negros de Estados Unidos. Y eso fue lo que sucedió. Como a nosotros, le echaron de la Villa Olímpica, abusaron de él en su país, le apartaron socialmente”.

El ostracismo y las disculpas

Tras la ceremonia, Norman enfrentó la molestia del gobierno de su país, quien cuestionó su postura, mientras parte de los medios de comunicación y la sociedad australiana lo condenaban. El golpe más evidente fue no participar de los siguientes Juegos, en Múnich 1972, pese a contar con las marcas suficientes para hacerlo en 100 y 200 metros. No lo habían perdonado.

Los años siguieron y la vida deportiva de Norman había quedado terminada. Incluso, en los JJ.OO. de Sydney 2000 no fue considerado en la ceremonia, pese a los claros avances de inclusión social que se habían llevado a cabo en su país.

Norman murió en 2006, tras problemas cardíacos.
En su funeral estuvieron Smith y Carlos, quienes transportaron su urna, en un gesto lleno de simbolismo para quién había aportado a su causa.

Pero en 2012 llegó un momento importante, luego que el estado australiano se disculpara por todos los padecimientos sufridos por el atleta. Un reconocimiento póstumo y que para muchos tardío, pero que para sus familiares significó un mínimo acto de justicia, para un hombre condenado al ostracismo por defender la posibilidad de vivir en un mundo más justo. Peter Norman ya no era el olvidado de la foto.

En 2008, el sobrino de Peter, Matt Norman, estrenó el documental ‘Salute’, que recoge la historia de lo ocurrido en México. Revisa su trailer