No por ser el líder religioso de una iglesia se tiene que estar siempre alegre y contento con sus seguidores. Eso lo ha demostrado el papa Francisco, que la tarde del martes sufrió un percance con uno de los miles que lo fue a ver en la ciudad mexicana de Morelia.
La cabeza de la Iglesia Católica realizó una conferencia con jóvenes y luego rompió el protocolo, acudiendo a saludar a parte de los asistentes que estaban en primera fila. Pero el plan no salió tan bien como sonaba.
En el momento de estrechar las manos, uno de ellos quiso tener al papa casi para él sólo, provocando que Francisco perdiera el equilibrio y cayera sobre un hombre en silla de ruedas, que logró sujetarlo, junto con los guardaespaldas que había en el lugar.
“¡No seas egoísta!”, le gritó el papa al joven, en un momento tenso para el carismático Francisco, que también se enoja como cualquier mortal.
El portavoz Federico Lombardi consideró que la actuación del papa fue “muy normal, cada uno de nosotros en la misma situación hubiera reaccionado claramente como él”, indicó en declaraciones recogidas el diario español ABC.
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