Una de las inquietudes más recurrentes en la actualidad es cómo dejar el azúcar. Constantemente somos bombardeados por estudios y artículos que nos dicen una y otra vez que definitivamente debemos abandonar el hábito de consumir esta dulce sustancia que se dice, es más adictiva que la cocaína.

Probablemente has hecho una serie de intentos, tratas de perseverar, pero bajas la guardia y en cosa de minutos te ves casi “atorado” con una súper carga de azúcar. Es sin dudas la perdición de muchos y su ingesta no se reviste de ningún beneficio, muy por el contrario. Pero, ¿cómo podemos dejar de comer algo que sabe tan rico?

Nuestro consumo se basa principalmente en que es agradable a nuestro sentidos, y cuando la consumimos nuestro cuerpo se siente bien ya que le estamos dando lo que precisa: energía.

El consumo de azúcar aumenta nuestra energía cuando lo necesitamos y además nos brinda una sensación sumamente placentera. Por lo general, después de una rutina pesada en el gimnasio, o cuando nos sentimos fatigados, el azúcar nos “cae” perfecta.

Pero, tal como sucede con la cafeína, a pesar de que cuando la consumimos sentimos una explosión de energía, esta explosión es siempre seguida de un bajón, que nos hace sentir peor que antes.

Pero, ¿hay razones de peso para dejar realmente el azúcar?, claro que las hay, y te las contamos a continuación.

Aspectos del azúcar que quizás no conocías

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Los azúcares refinados están relacionados con el insomnio, mareos, alergias, cuadros maníaco-depresivos, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, hipoglicemia, cáncer al colon y páncreas, caída del cabello, Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, irritaciones en la piel, problemas dentales, síndrome metabólico, diabetes tipo II, obesidad, y lidera la causa de enfermedades degenerativas.

– El azúcar libera un compuesto opiáceo-sedante que activa el sistema de recompensa del cerebro, que es lo que lleva a la adicción de azúcar, señala Yogiapproved.

– Cuando consumimos azúcar refinada, esta merma las vitaminas del complejo B en nuestro cuerpo, lo que conduce a numerosos riesgos para la salud. Además según consigna Authority Nutrition, el azúcar no contiene vitaminas o minerales, sus calorías son vacías y no tienen ningún beneficio para el organismo.

– Por su parte, Body Ecology, añade que el consumo de azúcar promueve la formación de arrugas y envejecimiento de la piel, vuelve nuestra sangre ácida, puede conducir a la osteoporosis y debilita la visión.

– El consumo de azúcar está creciendo más rápido que la población humana, y la producción de azúcar está creciendo aún más rápido, por lo que es más barato y más asequible.

– En 1900, una persona promedio consumía 2.5 kilos de azúcar por año, en comparación con una persona promedio que en la actualidad consume hasta 75 kilos de azúcar por año.

– La Asociación Americana de cardiología sugiere que consumamos menos de 10 cucharaditas de azúcar por día. Las personas promedio consumen 20 cucharaditas al día. Para ponerlo en perspectiva, una lata de coca cola normal es igual a 10 cucharaditas de azúcar.

– Cuando los fabricantes eliminan la grasa de un producto para que sea “bajo en grasa” o “sin grasa”, lo sustituyen con el azúcar.

No todos los sustitutos de edulcorantes son iguales. La popular miel de Ágave posee 50-54 gramos de azúcar por 60 ml, mientras que la miel de abejas posee 9 grs de azúcar por cucharada (15 ml).

– Incluso algunas fórmulas de leche infantiles tienen tanta fructosa como la una lata de refresco.

Como combatir el hábito de consumir azúcar

¿Sospechas que te has convertido en un “adicto” al consumo de azúcar? ¿Quieres parar y no sabes cómo?, es hora de restaurar el orden original de tu cerebro con respecto al azúcar, hacer reset, y volver a los niveles normales de dulzor.

De este modo, encontramos este plan de 5 pasos, presentado por la aclamada revista Women´s Health (US), y que se basa en la publicación de la connotada doctora Nicole Avena: ¿Por qué las dietas te fallan: Porque eres adicto al azúcar.

Avena es una indiscutible autoridad en la matería, es una neurocientífico de la investigación, es experta en el campo de la nutrición, la dieta y la adicción.

La idea de este plan es eliminar paulatinamente el consumo de azúcar, atacándolo en sus 4 principales “presentaciones”. La idea es trabajar fase por fase. Cada una de ellas toma dos semanas. De esta manera se pretende evitar las consecuencias negativas y tu cuerpo podrá asimilar el cambio sin traumas.

Plan de 5 fases para erradicar el consumo de azúcar

Fase 1: Eliminar las Bebidas azúcaradas.

Si eres un amante de las bebidas carbonatadas o no carbonatadas pero llenas de azúcar, te contamos que al año puedes estar consumiendo fácilmente 70.000 calorías, sólo por consumo de estos productos. Al beber estas bebidas carentes de fibra y nutrientes, ya sean bebidas, aguas endulzadas, bebidas derivadas del café, tus niveles de insulina se elevan al máximo y aumentan los antojos. Elimina estos productos por dos semanas, consume solo agua. Si ésta te aburre, opta por preparaciones de té y café sin azúcar. Las aguas infusionadas en casa, son una gran alternativa también.

She uncovered
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Fase 2: Elimina las meriendas dulces.

Dale vacaciones a pasteles, galletas y caramelos, e inclusive elimina de tu dieta las engañosas “barritas de cereal”. Opta por alimentos frescos como las frutas por sobre los alimentos procesados, ya que el 80% de estos alimentos es pura azúcar. Por dos semanas evita consumirlos, y cuando vengan los antojos, anda a la frutera, las frutas son naturalmente dulces.

Duitang.com
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Fase 3: Reducir los carbohidratos simples.

Es posible que hasta este punto hayas cortado más de la mitad de los elementos azucarados que te han llevado a la dependencia, y además reducido algunos kilos. Aquí se recomienda hacer una lista con los alimentos refinados que consumimos frecuentemente.

Nuevamente será necesario que recortes el consumo por las siguientes dos semanas. Comienza con los tallarines. En vez de comerte 2 tazas, comete una, y escoge una salsa que contenga la menor cantidad de ingredientes, y por sobretodo debe contener proteína, como carne baja en grasa. La próxima vez, en vez de comer pasta, puedes reemplazar por un mix de verduras salteadas. Hay que usar la imaginación.

Laser Bread | Flickr
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Fase 4: En la huella de los azúcares ocultos.

Esta es sin duda la fase más difícil y podría tomar dos semanas completas en ser dominada. Debido a que los azúcares ocultos, están precisamente así, ocultos. Para esto es necesario poner atención a los etiquetados de los alimentos, y buscar entre ellos la palabra “azúcar”. Debes prestar especialmente atención a condimentos, salsas, aderezos, ya que todos son fuentes de azúcar furtivos. También debes poner ojo en los alimentos que proclaman ser libres de azúcar, ya que podrían contener en su reemplazo, una enorme cantidad de carbohidratos simples.

Skinny Mom
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¿Quieres aprender a leer los etiquetados?, dale click al siguiente link del Inta (Instituto de Nutrición y Tecnología de los alimentos). En el encontrarás toda la información e instrucciones para hacerlo.

Fase 5: Mantén este método en el tiempo pero de manera realista.

Esta fase apunta principalmente a encontrar tu propio equilibrio, y mantener una meta realista, que te permita, con el tiempo, no precisar de azúcar.

Está bien consumir de vez en cuando, y no perderte la diversión. Una sola rebanada de pastel podría funcionar perfecto para una mujer, pero para otra, podría despertar sus antojos y llevarla por encima del borde de la adicción. Si un trozo de pastel, te deja con ganas de más, y te lleva a dar atracones, eres vulnerable a la poderosa tentación del azúcar. Sin embargo, con dedicación y fuerza de voluntad, una vez que te hayas alejado de este hábito azucarado, tus papilas gustativas volverán a la normalidad, y el consumo de una fruta dulce, te entregará niveles satisfactorios de dulzor, sin necesidad de incurrir al consumo de golosinas.

Las principales fuentes de azúcar refinada

Bebidas Frías como las gaseosas y jugos.
Golosinas, galletas, y productos horneados como el pan blanco.
Condimentos como el Ketchup, mayonesa y salsa barbacoa.
Mermeladas, jaleas, postres, helados.
Cereales y barras de granola.
Productos derivados de la leche como el yogurt y las leches saborizadas.
Los aderezos para ensaladas.
Chicles y mentas.