Con el comandante en jefe de la Segunda Zona Naval de Talcahuano se entrevistó el padre del joven muerto al interior de la Escuela de Grumetes de la Armada en la isla Quiriquina. Luciano Fuentes Román dijo a la autoridad que no cree en la versión del suicidio.

Por primera vez Luciano Fuentes Román mira de frente, a los ojos, a un Alto Mando de la Armada, en la reunión que sostuvo con el Comandante en Jefe de la Segunda Zona Naval.

Luciano esperaba este encuentro solicitado desde que el 10 de mayo pasado, le telefonearon para contarle que su hijo Luciano Fuentes Ovalle, de 19 años, se había suicidado en la Isla Quiriquina.

La familia dice que esta versión no tiene asidero, basándose en una serie de antecedentes que han recopilado desde entonces y que colocó en conocimiento de la autoridad naval.

El padre manifestó su dolor por la falta de empatía institucional, que le destinó una carta de condolencias 15 días después que su hijo fuera sepultado.

Luciano Fuentes Román le dijo al capitán de Navío, William Corthorn, flanqueado por otros dos uniformados, que su hijo no se suicidó y que no descansará hasta demostrarlo.

Según Luciano Fuentes, la máxima autoridad de la Segunda Zona Naval, quien además tiene la tuición de la causa, le aseguró respuesta, pero sin fecha. Mientras, la investigación naval está en etapa de diligencias, y la investigación de Fiscalía a la espera de la carpeta con los antecedentes que ha recopilado la Armada.

Aún con el peso sobre sus hombros, el hombre relata que dejó atrás la “Puerta de los Leones”, con la idea de que compartió las irregularidades que, dice, ha demostrado el proceso.

El padre y esposo asegura que como familia intentan seguir adelante con el apoyo psicológico en un consultorio, pero sin superar el luto y sin una respuesta convincente de los hechos que rodearon la muerte del joven Luciano.