Un convoy de ayuda humanitaria llegó este lunes a la ciudad siria de Madaya, donde la población está al borde de la hambruna tras seis meses de asedio del ejército sirio y de donde Naciones Unidas urgió a evacuar a 400 civiles.
En Madaya, cerca de Damasco, “400 personas necesitan ser evacuadas inmediatamente”, al estar “en gran peligro de muerte”, dijo el lunes el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O’Brien, al término de una reunión del Consejo de Seguridad sobre la situación en esta ciudad controlada por grupos rebeldes.
Durante el encuentro a puerta cerrada, O’Brien presentó un informe sobre la situación en Madaya y otras ciudades sirias asediadas a los 15 países miembros del Consejo de Seguridad. El embajador español Roman Ozargun Marchesi recordó que “sitiar [a una población civil] con el objetivo de hacerla pasar hambre es un crimen de guerra“.
La Media Luna Roja siria había informado previamente de la llegada de 44 camiones con comida, medicamentos y mantas el lunes a Madaya, donde 28 personas murieron de hambre desde el 1 de diciembre, según la ONG Médicos Sin Fronteras.
Un total de 400.000 civiles viven atrapados en las ciudades sirias sitiadas por el ejército del régimen de Bashar al Asad o por los rebeldes, según Naciones Unidas.
En Madaya, a unos 40 kilómetros al oeste de Damasco, sus habitantes describieron a una periodista de la AFP una situación desesperada.
“Desde hace 15 días, sólo comemos sopa. He visto con mis propios ojos a un joven matar gatos y presentar la carne a su familia como si fuera de conejo”, explicó Hiba Abdel Rahman, de 17 años, quien añadió que “hay gente que se alimenta en la basura y otros que sólo comen hierba”. “Nosotros pedimos comida a hombres armados, pero nos la rechazaron”.
Ghaitha Asad, de unos treinta años, explicó por su parte que los niños “mueren de hambre”. “Hemos empezado a perder la consciencia a causa del hambre, sufrimos anemia y muchas enfermedades”, añadió.
Acceso humanitario ‘completo’ a ciudades asediadas
Otros 21 camiones también llegaron el lunes a Fua y Kafraya, localidades chiitas rodeadas por los rebeldes a más de 300 kilómetros de Damasco, en la provincia de Idleb (noroeste).
“La primera impresión hace daño”, declaró el portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Pawel Kryzsiek, quien entró en Madaya. “Vimos a la gente en la calle, algunos sonreían y nos hacían señales con la mano, otros estaban demasiado débiles y demasiado cansados”.
“El operativo durará unos días. Es una apertura muy positiva, pero no debemos limitarnos a una sola distribución. Debemos tener un acceso constante a estas zonas”, opinó Marianne Gasser, dirigente del CICR en Siria.
Estados Unidos, Reino Unido y Francia reclamaron cada uno un acceso humanitario “completo” para las ciudades sirias sitiadas.
Las informaciones sobre la hambruna en Madaya, ciudad de 42.000 habitantes, provocó una ola de indignación internacional, que obligó al régimen a autorizar el acceso.
La organización del envío de los camiones del Programa Mundial de Alimentos (PMA), el CICR y la Media Luna Roja siria ha sido muy complejo entre los diferentes actores sirios e internacionales involucrados.
En las redes sociales se han difundido en los últimos días fotos y videos de niños en estado de desnutrición extrema en Madaya, pero los partidarios del régimen niegan la gravedad de la situación y dicen que se trata de imágenes alteradas.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), la situación es menos dramática en Fua y en Kafraya porque la aviación del régimen lanzó ahí cargamentos con comida.
El pasado 18 de octubre fue la última vez que un convoy humanitario pudo ingresar a estas ciudades, tras un acuerdo entre los beligerantes.
Catorce niños muertos en bombardeos
Para intentar poner fin a la guerra que ha provocado en cinco años más de 260.000 muertos y millones de desplazados, están previstas negociaciones a partir del 25 de enero en Ginebra entre régimen y oposición con el objetivo de poner en marcha una autoridad de transición.
El jefe de los negociadores de la oposición siria, Riad Hijab, advirtió, sin embargo, que no negociarán con el régimen mientras “fuerzas extranjeras” bombardeen Siria.
Rusia, uno de los principales aliados de Asad que comenzó en septiembre una campaña de ataques aéreos, desmintió el lunes haber bombardeado civiles.
Pero, según el OSDH, al menos 14 niños y cinco adultos murieron el lunes en Siria en un ataque de a aviación rusa contra una escuela ubicada en una localidad siria rebelde en la provincia septentrional de Alepo.
En la región, las fuerzas del régimen sirio apoyadas por la aviación rusa se enfrentan a los rebeldes. Por el momento, 23 soldados y 18 rebeldes han perdido la vida.