Finalmente se acercan las ansiadas vacaciones: después de un año de arduo trabajo llegó la hora de no cumplir horarios y olvidarse –al menos por un rato- de los deberes de la oficina. Pero el viaje en sí se puede transformar en una bestia peluda, de aquellas que se esconden debajo de las camas, capaz de poseer a nuestros dulces angelitos tomando forma de temida PA-TA-LE-TA.

Cualquiera se puede poner nervioso al imaginar largas horas de vuelo, intentando calmar a un pequeño y haciendo malabares en el miserable espacio entre asientos que ofrece la cabina económica. Un trayecto en auto desde Santiago a Puerto Varas -por poner un ejemplo- no suena más alentador: si bien estaremos a salvo de las miradas de desaprobación de otros pasajeros, la sola idea de tener a un niño (necesariamente) amarrado/restringido en un asiento por varias horas no suena muy cuerda. Los pequeños por naturaleza son inquietos, curiosos, inventivos y probadores de límites. Si el tuyo es una foto, no necesitas leer este artículo.

Pero tampoco hay que exagerar: tener un hijo no significa decirle adiós a un viaje a Mendoza o un paseo a San Pedro de Atacama. Hay dos requisitos esenciales para hacerlo posible: planificar y asumir un papel activo y alerta a las necesidades del niño, sin tener que convertirse en payaso de circo. He aquí varios consejos, recopilados en internet y otros de experiencia personal después de varios viajes en el cuerpo.

El trabajo sucio

- Muda extra: sea cual sea el medio de transporte que se elija, es recomendable llevar a mano una tenida completa y en el caso de las guaguas hay que pensar incluso en dos o tres cambios.

No suena bonito pero vómitos inesperados, cacas que se escapan y suben por la espalda (espero que no estés leyendo esto a la hora de almuerzo) y accidentes como un jugo que se da vuelta encima, suceden: créeme que sí.

Muchas veces los aviones pequeños no cuentan con mudadores, por lo que cambiar un pañal requerirá de tus habilidades de contorsionista.

A los bebés hay que llevarles siempre más pañales de los que se piensa que usarán. No olvidar echar un par de bolsas plásticas para guardar la ropa sucia.

- Una bacinica: si se viaja en auto con niños pequeños un elemento que puede evitar un problema mayor es una pelela en el maletero del auto. Nunca se sabe cuando un chiquillo necesita hacer número dos y si intentamos llegar hasta la siguiente bomba de bencina, puede ser demasiado tarde.

Echar bolsas plásticas y toallitas de cloro para el proceso de limpiado, doble o triple bolsa para guardar el “regalito” hasta encontrar un basurero.

-Limpieza: llevar alcohol gel, toallitas húmedas y pañuelitos o papel higiénico siempre es útil. En los aviones permiten las botellitas individuales de desinfectante de manos, pero no te olvides de ponerla en una bolsa transparente (tipo ziploc) con otros elementos líquidos al pasar por seguridad.

El cocaví

- Nuevamente, sea cual sea el medio de transporte que se escoja, es esencial contar con snacks. Se pueden mezclar alimentos más saludables con algunas cosillas que los niños no consumen de manera regular. Ejemplo: manzanas en trozos, palitos de apio, quesitos, frutos secos y un paquete de papas fritas y otro de M&M.

Sí, sí, ya sé, a mí tampoco me gusta que mis hijas coman porquerías, pero acá se trata de sobrevivir un un viaje de 8 horas en auto. Es cosa de una vez, nadie te apuntará con el dedo acusador. Los M&M además pueden convertirse en un juego y ordenarlos por color, hacer secuencias o contarlos.

OJO: tampoco los llenes de dulces como si fueran piñata de cumpleaños, ya que el azúcar los acelera y ése no es el objetivo.

En vuelos internacionales no te olvides de botar las frutas, quesos, etc. que llevaste para snack antes de aterrizar, porque las regulaciones no permiten ingresar a los países con este tipo de alimentos e incluso puedes arriesgar una multa.

- En los aviones permiten llevar leche para tu bebé o tu niño pequeño desde la casa, pero debes considerar que te tomará unos minutos más pasar por seguridad porque la revisarán. Otra alternativa es comprar leche, jugo o agua una vez terminado el chequeo.

- Llevar un vaso con tapa y bombillas es una buena idea especialmente en los aviones para evitar que los niños derramen los líquidos que les entregan las azafatas.

- Para los viajes en auto puedes tener un picnic listo para el almuerzo y así no perder mucho tiempo en un restorán. Si encuentras un buen lugar los niños podrán correr y jugar.

Vuela, vuela

Hay algunos consejos más específicos para aviones y que serán de gran utilidad cuando llegue el gran día del viaje.

-Cuna: si tienes un bebé pequeño, puedes solicitar con anticipación (24 horas antes) una cunita, para lo cual te asignarán el primer asiento de la cabina económica que es más espacioso.

- Coche paraguas: muy útil para trasladarse de manera rápida por el aeropuerto, especialmente si se tienen conexiones. Estos artefactos ocupan poco espacio y se permiten en la bodega del avión (lo guardan una vez que llegas a la puerta de embarque).

OJO: si no tienes mucho tiempo entre vuelos y crees que puedes desplazarte con facilidad con tu hijo en brazos, no lleves coche porque al bajar tendrás que esperar en la puerta a que te lo traigan.

- Ride-on: una alternativa al coche es el ride on carry on consistente en una sillita plegable que se adjunta a una maleta de mano con ruedas y cabe en el compartimiento del avión (cuesta 60 dólares aproximadamente). Sirve desde los 8 meses hasta los 5 años de edad más o menos (o 23 kilos).

Ride-on

Ride-on

También existe el Trunki de Melissa & Doug que es una maleta de mano y a la vez un carrito entretenido en el cual los niños pueden desplazarse en la sala de espera del aeropuerto y gastar energías. Según la página del fabricante, sirven desde los tres hasta los siete años.

Trunki de Melissa & Doug

Trunki de Melissa & Doug

Cuenta con una correa que puede ser tirada por los padres, sin embargo un niño muy alto no irá tan cómodo pues sus pies chocarán en el suelo. Caben perfectamente debajo del asiento del avión. Su valor aproximado es de 65 dólares. Al ser una maleta, adentro cabe una muda de ropa y algunos juguetes.

- Oídos: acá llegamos a un tema que enciende la luz roja de alerta de llanto. Debido a los cambios de presiones, los bebés y niños más chicos pueden experimentar dolor de oídos tanto en el despegue como en el aterrizaje. Y si tu pequeño está además un poco congestionado, esto puede desencadenar en una otitis (nada de chistoso iniciar las vacaciones de ese modo).

Los hijos más grandes entienden cuando uno les dice que bostecen o traguen para que se les destapen los oídos, pero a los bebés y niños pequeños hay que intentar convencerlos de que beban líquidos en esos dos momentos clave, ya que así eliminarán la presión. Si aún das pecho, no dudes en poner a tu guagua a tomar leche, se sentirá segura y al mismo tiempo evitarás el temido dolor de oídos.

-Comida: en los vuelos internacionales, muchas veces al realizar el check-in por internet, se puede escoger un menú especial de niños, pero hay que hacerlo en ese momento, una vez arriba del avión no existe esa opción ya que están disponibles sólo para quienes lo solicitaron. Otra ventaja es que estos menús los sirven primero.

-Filas: en algunos países, como en Estados Unidos, no existen las líneas preferenciales para familias con bebés o niños. Esperar en una cola a las 6 de la mañana después de un vuelo agotador y habiendo dormido poco, puede ser la gota que rebalse el vaso y desate el llanto de tu hijo. Pero, por primera vez agradecerás que llore a destajo puesto que el personal de seguridad te guiará directo al oficial de policía y ahorrarás la fila.

La primera vez nos pasó cuando mi hija mayor era un bebé y, pese a nuestros esfuerzos por calmarla, el agotamiento fue demasiado para ella, imaginarán el alivio cuando nos hicieron pasar hacia delante. Nuestra segunda experiencia sucedió con la menor pero, como ya conocía el truco, incluso me alegró que llorara en la fila (lo siento hija mía).

En Chile sí existe una línea preferencial, así es que tienes que asegurarte de que un funcionario te vea para que te deje usarla.

Tic, tac, tic, tac

El aburrimiento será tu peor enemigo y esto vale para hijos de todas las edades, desde bebés hasta adolescentes. Si no prestas atención a este estado, estarás frente a una bomba de tiempo lista para estallar, especialmente cuando hay niños pequeños.

-Elementos básicos: un par de cuentos, libros para colorear y lápices de cera, revistas con actividades o calcomanías.

-Plasticina: los mantendrá entretenidos haciendo bolitas, culebritas, etc. la bandeja del avión es ideal para esta actividad. En el caso de un viaje en auto o en bus, puedes comprar una pequeña bandeja plástica para que el pequeño moldee más cómodo.

 Individual de plasticina de Picklebums.com

Individual de plasticina de Picklebums.com

En el sitio Playdough to Plato podrás encontrar más de cien “individuales” gratis para imprimir y para jugar con plasticina. Ejemplo: personas a las que hay que fabricarles ropa, caras sin ningún elemento para inventarles un rostro, pizzas para agregarle los ingredientes, etc.

-Gadgets: gracias a la tecnología podemos contar con aparatos que nos entregan múltiples posibilidades de entretención. Carga un par de películas nuevas en tu tablet y varios juegos tanto educativos como simples. Si vas en avión no te olvides de adquirir audífonos para niños y así no molestar al resto de los pasajeros, te servirán también para las pantallas de entretenimiento abordo puesto que los headsets que entregan en el vuelo son demasiado grandes para que quepan dentro de orejas pequeñas.

- Mapa: para un viaje en auto, puede ser entretenido imprimir un mapa que incluya el punto de partida y el de llegada, para que tus hijos vayan marcando los lugares por los que se pasa (ver dicha idea acá [http://creeksidelearning.com/are-we-there-yet-travel-maps-for-kids/]).

Mapa del viaje de Creeksidelearning.com

Mapa del viaje de Creeksidelearning.com

- Masking tape: un ítem un poco exótico en esta lista, pero que asegurará una entretención barata y fácil para bebés y niños pequeños (siempre con supervisión de un adulto para evitar accidentes). En el avión puedes pegar pedacitos de cinta en la bandeja y otras partes como la ventana o respaldo del asiento para que tu hijo se entretenga quitándolos.

- Pequeños regalos: puedes comprar juguetitos baratos en el supermercado o en la feria y envolverlos en papel de regalo y dárselos de a poco.

- Juegos simples como el veo veo o contar un cuento en conjunto (alguien dice una parte y otro lo continúa), inventar canciones, decir adivinanzas y trabalenguas, problemas de ingenio, contar los pasajeros del avión o los autos de color azul, etc.

-Para los adolescentes: dejarlos escoger la música, llevarles un juego de video portátil, una revista de sudoku o crucigramas, un audio libro, pasarles la guía de turismo y permitirles decidir aspectos del viaje (algo que visitar, en qué ciudad parar, etc.).

Con estos consejos estarás más armado que Rambo para sobrevivir un viaje largo. Por último recuerda vestirlos cómodos y si se acerca la noche incluso ponerles pijama para así bajarlos del automóvil directo a la cama y cada vez que tengas la oportunidad hazlos correr, jugar a quién salta más alto, caminar, etc. No te olvides de compartir tus trucos con nosotros.

¡Buen viaje!