Un muy buen año en lo profesional tuvo Carolina de Moras. La conductora del Festival de Viña no sólo se consolidó como rostro ancla de Chilevisión, sino que también fue elegida como mejor animadora por el Copihue de Oro.

Para cerrar este 2015, la comunicadora concedió una sincera entrevista para la revista Caras, donde habló del éxito, de su polémico paso por Buenos Días a Todos (BDAT) e incluso de su vida sentimental.

Al ser consultada sobre el su rápido ascenso en televisión, aseguró que todo se debe a su esfuerzo. “Me he dedicado a trabajar, no esperar a que lleguen las cosas. Hago la pega y tomo la responsabilidad que significa aceptar ese tipo de desafíos. Me hice cargo de un matinal, y eso involucra aceptar que estoy expuesta a críticas, desafíos, comentarios y pruebas. Todos los días me levanto con la certeza de que debo atravesar el desierto y no sé si voy a llegar del otro lado… Conociendo este medio, en cualquier momento pueden moverme el piso, o me dejan sin agua y listo, hasta ahí nomás llegué. Entonces soy súper responsable. Más aún cuando mi decisión fue trabajar en TV, y mi objetivo no es ser una más del montón”, señaló a la publicación.

En relación a su paso por el matinal de TVN, reconoció que no se sentía cómoda. “Me sentía como nadando en una pecera que no me correspondía. Fue súper difícil. Hubo demasiadas cosas que llevaron a que nada fluyera, y además existían muchas ganas de hacer picadillo“, reconoció.

La conductora también señaló que fue una tremenda escuela en términos humanos. “Porque ya cuando te están dando en el suelo y estás hecha un chicle, llega un momento en que ya nadie te puede tirar más para abajo. Y en ese sentido aprendí mucho. Tuve que confiar en mis capacidades”, agregó.

Fui excesivamente violentada. Cuando las cosas no eran mi culpa, o cuando en realidad no había verdades claras, o cuando había tantas cosas que tú decías ‘chuta, pero el problema no soy yo, el problema son los otros que quieren imponerme banderas que no me corresponden’”, prosiguió.

Lo más difícil dice fue “saber callar, morderme la lengua; uno tiene una tendencia natural a defenderse cuando encuentra que algo es injusto y no corresponde”, reconoció. “Si hablaba generaba más polémica. Tienes que aprender en algún momento a guardar silencio para tratar de bajar la tensión de las cosas. Pero son temas que ya pasaron; lo rescatable es la forma en que uno crece como ser humano”, explicó.

“Me saqué el premiado. Llegué nuevita a un programa donde estuve dos, tres meses haciendo una sección, y al cuarto mes ya era la animadora, y al sexto mes el matinal era mío, cuando había muchas haciendo la cola por años. Pero yo no lo pedí, no le fui a tocar la puerta a nadie; el destino me lo entregó. Era la oportunidad y hay que hacerse cargo de las oportunidades, por algo aparecen”, sentenció.

A todo este mal rato que vivía en TV, se sumaba un difícil momento personal que incluía su separaciòn y la muerte de su padre. “Llegó un momento en que miraba hacia arriba y decía: ‘Dios, de verdad no sé qué más me quieres mandar, porque ya tocamos fondo…’”.

Sobre su vida sentimental, la animadora señaló que la separación del padre de su hija es un tema ya superado, aunque fue difícil en su momento. “Como muchas personas, no funcionó. Tratamos, y ahora tenemos una hija maravillosa, preciosa, que amamos con el alma. El participa mucho en su crianza y viaja con Mila bastante. Y yo trato de que todo sea súper fácil para las dos partes”, dijo.

“De repente puedes estar muy enamorada, pero se trata de dos seres humanos que no logran llegar a un punto de acuerdo y la relación se vuelve cada vez más tirante. Cuando eso sucede lo más valiente es decir “no más” y no seguir maltratándose”, agregó.

Junto a la reveladora entrevista, de Moras también posó para la cámara del fotógrafo Eric Knorpp en la piscina WET del W Santiago junto al RED2ONE bar en Santiago, donde volvió a mostrar su lado más sensual.

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