El yoga es una disciplina que tiene muchos beneficios, ya sea en plano físico, mental y emocional. Hemos escuchado que ayuda a perder peso, aumenta la energía y otorga paz interior. Sin embargo, con el tiempo se ha comprobado la importancia de esta actividad para enfermedades tan complejas como el cáncer, una de las enfermedades más preocupantes a nivel mundial.
Amy Dara es una experta en yoga, que según el sitio español Elle, lleva seis años impartiendo sus clases en Estados Unidos y Europa, incentivada por el constante interés de las personas con cáncer por practicar esta disciplina, “Supervivientes o sobrevivientes” como los llama la experta, ya que son personas que en algún momento fueron diagnosticadas con esta enfermedad, y la han superado, o bien, se encuentran en etapa de tratamiento.
Según la experta, el yoga tiene beneficios importantes dependiendo de la etapa en que se encuentre el paciente, desde el diagnóstico hasta el fin del tratamiento. Acá te detallamos más.
Beneficios del yoga según cada etapa
1. Diagnóstico: “La práctica del yoga te ayudará a preparar el cuerpo (fortalecer los músculos y los huesos, mejorar la flexibilidad y el equilibrio) y la mente (superar el trauma de recibir el diagnóstico y el miedo a la incertidumbre) para los tratamientos, dijo la experta a Elle.
2. Cirugía: Según Amy Dara, el yoga en esta etapa mejora el sistema inmunológico, “mueve la linfa a través del cuerpo, reduce el riesgo de coágulos de sangre y ayuda a la adecuada curación de la zona intervenida”, explicó.
3. Quimioterapia: En esta etapa practicar yoga resulta primordial, ya que los efectos de la quimioterapia producen efectos notorios en los pacientes. El yoga en este caso es beneficioso porque “alivia la fatiga relacionada con el cáncer, mejora la concentración, calma el malestar estomacal y aumentar la autoestima después de la caída del cabello”, dijo la experta.
4. Radioterapia: Según explicó Amy Dara, el yoga luego de la radioterapia, “reduce el riesgo de rango limitado de movimiento de las zonas afectadas por quemaduras“. Además, alivia las molestias que produce el estar por un un tiempo prolongado en la máquina de radioterapia.
5. Terapia hormonal: “Equilibra las fluctuaciones del estado de ánimo, ayuda a prevenir el aumento de peso y a gestionar los sofocos”, explicó la experta.
6. Fin del tratamiento: El yoga resulta beneficioso sobre todo cuando los pacientes han finalizado el tratamiento para el cáncer, ya que según la experta “ayuda a restaurar la normalidad en el cuerpo y la mente, a reducir el riesgo de depresión después de quedarse solo después de tanto tiempo con el equipo de atención médica, y a prevenir y controlar los efectos secundarios a largo plazo de los tratamientos”.