La ONU anunció el sábado su voluntad de iniciar el 25 de enero las negociaciones entre el régimen de Damasco y la oposición para poner fin a la guerra en Siria, pese a la muerte un día antes de un importante jefe rebelde a manos del ejército sirio.

Zahran Allush, de 44 años, era el líder de Jaish al Islam (Ejército del Islam), el principal grupo armado de la región de la capital, apoyado por Arabia Saudita y a favor de las conversaciones de paz.

Su desaparición, según los expertos, supone un duro golpe para la sublevación contra el régimen de Bashar al Asad y una amenaza para las negociaciones de paz que deben iniciarse en Ginebra.

Pese a ello, el mediador de la ONU, Staffan de Mistura, anunció en un comunicado este sábado su intención de “intensificar los esfuerzos” con el objetivo de “comenzar las discusiones intersirias el 25 de enero en Ginebra”.

El régimen del presidente sirio Bashar al Asad había afirmado el jueves que estaba dispuesto a entrar en las negociaciones, a la espera de saber qué facciones rebeldes participarían.

El matiz es relevante porque Damasco califica de “terroristas” a todos los grupos levantados en armas contra Al Asad, sin diferenciar entre rebeldes y yihadistas, de grupos como Al Nosra, rama siria de Al Qaida, o del Estado Islámico (EI).

Jaish al Islam, el movimiento rebelde de Zahran Allush, había asistido en Riad a una reunión de los principales grupos de oposición a Al Asad, que el 10 de diciembre anunciaron un acuerdo para negociar con Damasco. Pedían, eso sí, la salida del presidente con el inicio de un periodo de transición.