Diariamente la musulmana y cristiana Susan Carland recibe mensajes de odio a través de sus redes sociales. Cansada de los dardos lanzados por los intolerantes anti-islámicos que se han encargado de llenar de ofensas su Twitter, la mujer decidió tomar una brillante y caritativa decisión, siendo felicitada por algunos usuarios.

Luego de pensar en la respuesta más acertada para responder los ataques en sus plataformas sociales, la socióloga y doctorada en la Universidad Monash de Melbourne optó por donar dinero al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia por cada insulto encontrado en sus redes.

“Intenté bloquearlos, silenciarlos e ignorarlos, pero nada de eso me hacía sentir que estaba llevando a cabo el mandato del Corán de eliminar la oscuridad con luz”, contó en el portal The Age y agregó: “Así que se me ocurrió la idea de donar 1 dólar a Unicef por cada tuit lleno de odio que recibiera”.

“Ellos asisten a niños que están en situaciones horribles resultado del odio: guerra, pobreza debida a la avaricia, injusticia, violencia”, señaló la mujer de 34 años como una de las razones que la motivó a seleccionarlos para donar el dinero.

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Una vez anunciada su decisión, Susan comenzó a publicar los montos acumulados para la donación hasta recibir mil insultos que se tradujeron en US$1000. Respecto a la cifra, la mujer satirizó la situación. “Los niños necesitados le agradecen (su ‘donación’), haters“, escribió Carland.

Respuestas de sus seguidores

Pese a que los mensajes de odio no cesaron, una gran parte de usuarios comenzaron a apoyar la causa de Susan y a donar directamente a la fundación luego de ser inspirados por la acción de la mujer. Incluso la propia Unicef agradeció su gesto a través de su Twitter.

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En tanto, otra parte de los usuarios notó la ironía de la situación, deseando que los comentarios negativos dejaran de inundar sus redes sociales. “Aunque apoyo tu filantropía, espero que la necesidad de hacer donaciones descienda a 0″, comentó un usuario de Twitter.

Aún así Susan asegura que los mensajes no le perjudican y que se siente feliz de su creativa iniciativa.”Negándome a que el odio ajeno me afectara, me siento más que nunca segura y relajada en mi propia identidad“, finalizó.

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