Someterse a una intervención de carácter estético se ha convertido en toda una moda, sobre todo si deseas modificar ciertos detalles de tu rostro que no te agradan completamente.
Pero antes de entrar al quirófano, debes tener en cuenta una serie de factores claves que se presentan al momento de optar por una rinoplastia.
Si deseas operar tu nariz, lo primero que debes hacer es acudir a un buen cirujano, quien tras un análisis médico dirá si eres apta para someterse a este tipo de intervención y no solo desde el aspecto físico, sino que también psicológico. Ámbito en que debes dejar de lado las expectativas irrealistas y saber de antemano todo lo que implica esto.
Si bien la rinoplastia cambiará la forma y tamaño de tu nariz (modificará tu rostro de manera significativa), debes considerar que tal intervención no necesariamente hará que tengas la nariz de tu artista favorita o de esa modelo que tanto admiras.
Por eso es vital que conozcas muy bien las proporciones de tu rostro y prestes atención a los consejos y sugerencias que te haga el especialista. Recuerda que no existe una nariz perfecta y que la misma nariz que luce increíble en esa actriz que tanto admiras, de acuerdo a tu fisonomía luzca completamente diferente en ti.
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La alteración en la forma de la nariz puede llegar a causar importantes trastornos psicológicos en las personas, por eso, la idea de la intervención es adaptar este órgano de manera armónica y proporcionada a las facciones del paciente.
Por dicha razón, es vital establecer un diálogo fluido entre paciente y cirujano para que las necesidades del primero coincidan con las posibilidades que el segundo puede ofrecerle. De igual modo, además de cubrir las expectativas estéticas, la intervención debe buscar siempre una mejora del proceso de respiración, si fuera posible.
¿Cuándo sería adecuado someterse a una operación de este tipo?
Según cuenta el doctor Ignacio Fernández Sanza, miembro de Saluspot y cirujano plástico estético y reparador en la Clínica Sanza en Barcelona, a la revista femenina Marie Claire, para practicar la rinoplastia es necesario que la estructura ósea de la nariz haya alcanzado un completo desarrollo, por lo que, no es recomendable para aquellas personas que son menores a 16 años. Del mismo modo, el especialista es enfático al decir que lo ideal es que quienes se someten a este tipo de intervención tengan más de 20 años.
Del mismo modo, el especialista sostiene que “la nariz es una de las partes del cuerpo que se desarrolla con la edad, por eso si se comparan fotos de una misma persona a los 30 años y luego a los 60 años, se verá claramente cómo este órgano ha logrado crecer con el paso de los años”.
Al tener presente aquello, la mayoría de los profesionales te sugerirán a que los pacientes opten por una rinoplastia abierta, procedimiento que ofrece mejores resultados y consiste en una incisión en la base nasal a través de la cual se realiza la intervención. Mediante esta técnica, el especialista puede trabajar más cómodamente, sin ningún obstáculo y con un mayor campo de visión. Al paciente se le puede aplicar anestesia general o sedación.
“Para ello, se recomienda que el paciente ingrese a la clínica para favorecer la sedación intravenosa y mejorar sus niveles de confort. En sólo 2 o 3 días se puede retomar la vida activa y a los 6 meses se considera que la evolución ha sido completa. No obstante, en aproximadamente un 7% de los casos es necesario realizar algún tipo de retoque en virtud de la dificultad de la operación”, declaró el experto.
Asimismo, hay que señalar que tras la operación muchos pacientes sienten rechazo o se muestran temerosos ante su nuevo aspecto, incluso en momentos en que baja la hinchazón y el rostro vuelve a su estado natural. Por eso, el especialista recomienda analizar bien la situación antes de optar por este tipo de intervención, de lo contrario sugiere atreverse solo por pequeños retoques que modifiquen la forma, el tamaño o la armonía facial de tu nariz.