Tomás Mosciatti: “La caída de los Matte”

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La colusión en que incurrió la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC) no es cualquiera. Es la empresa con más tradición en el país. Sus dueños, los Matte, son el símbolo del empresario tradicional, esa especie en vías de extinción que mira con desdén a los advenedizos Saieh, Paulmann o Piñera.

La colusión con la empresa SCA, en un tiempo ligada a Gabriel Ruiz Tagle, operó con formas delictivas, de los bajos fondos: con alias (chapas, se dice en el lenguaje carcelero), celulares de prepago, correspondencia en papel (los pizzini los usaba el mafiosos Bernardo Provenzano) y con computadores comprometedores arrojados al lecho del canal San Carlos.Cuando un ejecutivo abandonaba su puesto, la “inducción” del nuevo gerente incluía todo lo necesario para que la colusión siguiera funcionando con “eficiencia” empresarial.

Al igual que Julio Ponce Lerou en Soquimich, los Matte dicen que nada sabían. Los empresarios chilenos, que se las dan de hábiles, inteligentes, eficientes, competitivos, cuando son descubiertos tienen como argumento de defensa que son tontos, ineptos, flojos, dejados, displicentes; y que, por eso, no tiene idea de lo que pasa en sus empresas. Argumentos que no hacen a sus empresas quebrar sino ganar millones de dólares, como ocurre en este caso.

En este comentario, algunos detalles de este caso que remece al empresariado chileno.

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La colusión en que incurrió la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC) no es cualquiera. Es la empresa con más tradición en el país. Sus dueños, los Matte, son el símbolo del empresario tradicional, esa especie en vías de extinción que mira con desdén a los advenedizos Saieh, Paulmann o Piñera.

La colusión con la empresa SCA, en un tiempo ligada a Gabriel Ruiz Tagle, operó con formas delictivas, de los bajos fondos: con alias (chapas, se dice en el lenguaje carcelero), celulares de prepago, correspondencia en papel (los pizzini los usaba el mafiosos Bernardo Provenzano) y con computadores comprometedores arrojados al lecho del canal San Carlos.Cuando un ejecutivo abandonaba su puesto, la “inducción” del nuevo gerente incluía todo lo necesario para que la colusión siguiera funcionando con “eficiencia” empresarial.

Al igual que Julio Ponce Lerou en Soquimich, los Matte dicen que nada sabían. Los empresarios chilenos, que se las dan de hábiles, inteligentes, eficientes, competitivos, cuando son descubiertos tienen como argumento de defensa que son tontos, ineptos, flojos, dejados, displicentes; y que, por eso, no tiene idea de lo que pasa en sus empresas. Argumentos que no hacen a sus empresas quebrar sino ganar millones de dólares, como ocurre en este caso.

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