Jewel Shuping, de 30 años, soñaba desde pequeña en convertirse en una mujer no vidente. Para ella, ver no era algo con lo que creía iba con su persona, por lo que buscó varias formas de ser quien pensaba debía ser, hasta que lo consiguió.
Su historia ha llamado la atención de los medios, pues además de lo curioso del hecho, pone en la palestra un desconocido trastorno denominado “trastorno de identidad de la integridad corporal” o BIID (sigla de Body Integrity Identity Disorder).
Shuping, quien es oriunda de Carolina del Norte, creció con la sensación de no haber nacido como realmente debía. Y no quiere decir en tema de sexualidad, sino que para ella, lo normal es no tener vista, situación que en otros casos se da con persona que creen que son paralíticos, cuando no lo son.
Fue así como la mujer consiguió rociarse los ojos con un detergente de gran pureza, que le hicieron arder y perder la visión total, asesorada por un ‘amigo’.
“Mis ojos ardían y sentía cómo el limpiador iba bajando por mi piel y quemando. Pero por dentro decía: ‘seré ciega, todo estará bien’”, recuerda la mujer en entrevista con el Daily Mail.
La familia de Shuping no se extrañó para nada de lo que hizo, pues desde pequeña jugaba a no ver, acudiendo a lugares oscuros para conseguirlo.
Jewel debió estar seis meses internada en un hospital, donde contra su voluntad se intentó salvar su visión, sin embargo no hubo éxito y la mujer consiguió la anhelada ceguera.
“Realmente siento que esta era la forma en que debía nacer, ser ciega de nacimiento”, comentó.
Otros casos de BIID se da en personas que sueñan con tener amputadas una o más de sus extremidades.
A pesar de que la mujer logró su cometido, reconoció que esperaba que con su caso se pueda dar mayor ayuda a otras personas que sufren su trastorno, y evitar lo que ella no consiguió detener.