Hay muchas personas que se identifican como “amantes” del queso. Su sabor, textura y aroma, producen antojos en gran parte de la población. Un estudio publicado en Estados Unidos determinó las causas del placer que este producto provoca en algunas personas.
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Según publicó el sitio Askmen, la sensación de no poder dejar de comer queso tiene un origen bastante más racional de lo que muchos creen. Investigadores de la Universidad de Michigan establecieron que el placer provocado por este alimento se debe a los opiáceos, presentes también en la heroína y en el opio, que libera en el cuerpo.
El estudio menciona que un componente llamado “caseína” provoca que las personas tengan antojos de comidas como la pizza, queso a la parrilla y quesadillas. Una vez digerida la caseína, son liberados los opiáceos.
El nutricionista Cameron Wells señaló al sitio Mic que la caseína se mezcla con los receptores de la dopamina y “activan ese elemento tan adictivo”
Por su parte, el Dr. Neal Barnand, presidente del “Comité médico para la medicina responsable”, aseguró al portal Thrillist que debido a sus niveles de adicción, el queso debiera llamarse “crack lácteo”.
En el estudio, publicado por la U.S. National Library of Medicine, los investigadores establecieron que a mayor proceso y niveles de grasas en la comida, más adictiva será.
El objetivo de la investigación fue el de determinar las razones de por qué algunas comidas generan mayor nivel de adicción que otras, examinando los hábitos alimenticios de 500 estudiantes.
De acuerdo a lo publicado por L.A Times, los jóvenes realizaron el test Yale Food Addiction, que identifica si una persona tiene algún tipo de adicción.
Los participantes debieron completar sus niveles de preferencia sobre 35 alimentos. En el primer lugar apareció, y por amplio margen, la pizza. Luego se les preguntó sobre cuales eran sus ingredientes preferidos, resultando el queso como el más votado.