“Es como tomar distancia para decir que la disputa no está entre los profesores y los estudiantes, en realidad es cómo está pensado todo el sistema”, explica la directora Ana Campusano.
La puesta en escena evidencia las relaciones jerárquicas que se generan en el sistema pedagógico, haciendo una crítica a la manera en que se plantea la educación en el país. La obra muestra las asimetrías y tensiones que se generan al enseñar y aprender, con una puesta en escena en la que prima el uso de la luz y elementos que operan como un montaje de artes visuales más que una obra de teatro tradicional.
Los personajes han sido desarrollados desde la posición que sus intérpretes tienen en la vida real, Keim como académico del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile y Roeschman y Valenzuela como estudiantes de cuarto año de la Licenciatura en Artes con mención en Actuación Teatral.
“El enseñar tiene que ver con crear y depositar en el otro confianza para que reconozca sus capitales positivos. Este lugar de intercambio existe en cualquier disciplina, quiero contar cuál es ese lugar y evidenciar las torpezas que ahí ocurren, desde los profesores y desde los estudiantes”, dice Campusano.
“Es un texto que da facilidades de representación al no tener características dramáticas formales, entrega un recorrido de acciones, entonces se abre a la composición visual siempre. La posibilidad de generar imágenes es permanente”, finaliza la directora.
“El pupilo quiere ser tutor”
Dramaturgia: Peter Handke.
Compañía Detuch, del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile
Dirección: Ana Campusano
Elenco: Cristian Keim, Camila Roeschman y Víctor Valenzuela.
Del 6 al 21 de noviembre, jueves, viernes y sábado, 20:00 hrs.
Teatro Nacional Chileno
Morandé 25.
Precio: $ 7.000 entrada general – $3.000 estudiantes.