La Unesco aprobó el miércoles una resolución sobre Palestina que critica la política de Israel en Jerusalén, pero el texto votado no incluye una reivindicación inicial sobre el Muro de los Lamentos, que había provocado la ira del gobierno israelí.
Propuesta por un grupo de países árabes, la resolución fue sometida a la votación de los 58 miembros del Consejo Ejecutivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
El texto obtuvo 26 votos favorables, seis en contra y 25 abstenciones. Una de las delegaciones no participó en la votación, indicaron fuentes diplomáticas.
Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Holanda, la República Checa y Estonia votaron contra el texto, precisaron las fuentes.
La resolución “condena firmemente las agresiones israelíes y las medidas ilegales que limitan la libertad de culto y el acceso de los musulmanes al sitio sagrado de la mezquita Al Aqsa”, según el texto obtenido por la AFP.
Además “lamenta sumamente” las “irrupciones persistentes en el lugar de extremistas de la derecha israelí” y “exhorta a Israel” a “tomar las medidas necesarias para impedir las acciones provocadoras que violan (su) carácter sagrado”.
Pero la versión aprobada del texto abandonó la referencia a “plaza Al Buraq”, nombre empleado por los musulmanes para designar el entorno del Muro de los Lamentos, reverenciado por los judíos y situado en la Explanada de las Mezquitas, lugar santo para los musulmanes.
La versión inicial del proyecto, presentado por Argelia, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Marruecos y Túnez, provocó una reacción indignada de Israel y la inquietud de la directora general de la Unesco, puesta a un cuestionamiento del estatuto de los lugares santos de Jerusalén.
En un párrafo, ahora suprimido, la primera versión afirmaba que la “plaza Al Buraq forma parte integrante de la mezquita Al Aqsa”.
Israel denunció al respecto una “tentativa vergonzosa de reescribir la Historia”.
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, “lamentó” las iniciativas que pueden “ser percibidas como modificaciones del estatuto de la Ciudad Vieja de Jerusalén”, e instó al Consejo a “tomar decisiones que no alimenten aún más las tensiones” en la región.
Al reunirse el miércoles con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el presidente palestino, Mahmud Abas, instó a Israel a respetar estrictamente las reglas que rigen la Explanada de las Mezquitas.
“Las continuas agresiones (…) contra (la mezquita) de Al Aqsa abren la puerta a un conflicto religioso que, por desgracia, ya empezó. No queremos eso y alertamos sobre sus consecuencias”, afirmó Abas, acusando Israel de no respetar las normas que rigen la Explanada desde el conflicto de 1967.
Una fundación islámica bajo la autoridad de Jordania administra el recinto, pero Israel controla el acceso al lugar. Los judíos tienen derecho a entrar en la Explanada en determinadas horas del día, pero no pueden rezar ahí.
En cambio, los musulmanes, que en principio pueden orar a cualquier hora, sufren a menudo restricciones de parte de las autoridades israelíes.
La Explanada es uno de los puntos cruciales en la actual ola de violencia entre israelíes y palestinos, como lo fue de varios episodios violentos del conflicto desde hace décadas.