Hace unos meses conocimos la historia de Lauren Wasser, una modelo de 24 años, que sufrió la amputación de su pierna tras sufrir síndrome de shock tóxico, una grave condición provocada por una toxina liberada por algunos tipos de bacterias estafilococos.

Aunque la chica afirmó que esto le ocurrió por usar un tampón, lo cierto, es que no basta con utilizar este tipo de compresas para enfermarse, sino que es necesario que la persona posea la bacteria estafilococo en su sistema. De este modo, las fibras sintéticas, en conjunto con la absorbencia del tampón, crean un ambiente ideal para las bacterias que causan la afección.

Así lo explicó a la revista New York Magazine la gineco-obstetra estadounidense y profesora de la Universidad de Yale, Mary Jane Minkin, quien indica que el síndrome de shock tóxico, no se desarrolla simplemente por usar tampones, sino que “la persona tiene que tener una cepa específica de bacterias estafilococos (Staphylococcus aureus) en su flora vaginal”. Cuando esto pasa, el microorganismo puede multiplicarse en las fibras del tampón, produciendo la peligrosa toxina.

Se estima que alrededor del 20% de las personas tienen la bacteria en la piel y un porcentaje un poco mayor en su nariz. Sin embargo, los expertos no saben cuántas mujeres la tienen en su flora vaginal.

Cabe destacar que el síndrome de shock tóxico, no sólo afecta a las mujeres en edad fértil también puede ocurrir después de infecciones de la piel, quemaduras, hemorragias nasales (donde se utilizaron tapones para absorber la sangre), o tras un parto o cirugía.

Si bien no se sabe exactamente cuántos casos de este síndrome están asociados con el uso de tampones, los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH) señalan que, en general, es menos de la mitad de los casos se relacionan con la menstruación. “Es un evento muy raro si tenemos en cuenta los millones de mujeres que usan tampones cada año sin incidentes”, comenta Minkin, añadiendo que no es algo como para decir “nunca más voy a usarlos”, ya que eso sería como no andar en auto o avión por miedo a un accidente.

“Siempre y cuando cambies de tampón con regularidad, no debería ser un gran problema”, señaló la ginecóloga.

Síntomas

Los síntomas de esta enfermedad son fiebre alta, erupción cutánea, dolor muscular, vómito o diarrea, confusión, presión arterial baja, y, cuando se espera mucho, fallo multiorgánico (generalmente en riñones e hígado).

Minkin dice que si pocos días después de tu período menstrual comienzas a sentirte mareada, con la sensación de que vas a desmayarte, sufres vómitos, y tienes fiebre alta, debes ir al médico.

Si tu temor es muy grande, Minkin recomienda optar por una toalla higiénica o copa menstrual, en lugar de tampones, pero insiste en que no es una condición común.

El NIH señala que “el síndrome del shock tóxico puede ser mortal hasta en el 50% de los casos” y que “la afección puede reaparecer en aquellas personas que sobreviven”. Por ello, lo importante es que si hay sospecha, se consulte inmediatamente.