Hay una potente frase en latín, que dice: Quod bonum est, y que significa lo que es bueno para alguien. Lo que le conviene a alguien. Y se ha convertido en la pregunta fundamental para los que tratan de sacar a luz algún asunto escondido.
Los investigadores toman como punto de partida para enfrentar el misterio, la pregunta “¿A quién le convenía que pasara lo que pasó?”
Y es así como en estos tiempos enmarañados en una guerra noticiosa, en que se lanzan acusaciones a diestra y siniestra, la única buena brújula para seguir una buena pista, es permanentemente esa preguntita: ¿A quién le convenía eso que se está denunciando?…
Ahí tiene usted, por ejemplo, el terrible caso del derribamiento del avión de Malaysian Airways, el 17 de julio del año pasado, que mató a 298 pasajeros y tripulantes mientras sobrevolaba Ucrania en la zona controlada por los rebeldes federalistas pro rusos.
De inmediato estalló un huracán de acusaciones infundadas, culpando directamente al presidente ruso Vladimir Putin por haber ordenado aquel crimen. Pero entonces todos los periodistas serios, junto a los investigadores técnicos, formularon la pregunta:
¿A quién le convenía ese crimen que fue de antemano achacado a Rusia?… Ciertamente ese crimen no le convenía ni a Rusia ni a los rebeldes del este de Ucrania, y en cambio sí le convenía al gobierno de facto que había derribado al presidente constitucional Viktor Yanukovich.
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