El apoyo al gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sigue en caída libre y bajó a 7,7%, según una encuesta difundida este martes, que reflejó el difícil panorama político y económico que enfrenta el país.
El gobierno registró una reprobación de 70,9%, su máximo según el histórico del sondeo realizado por la firma MDA bajo encargo de la Confederación Nacional del Transporte (CNT).
A solo seis meses de haber asumido su segundo mandato, y mientras las revelaciones de una gigantesca red de corrupción en la estatal Petrobras agregan incertidumbre política y la economía no da señales de recuperación, la mandataria cuenta con el aval de apenas el 15,5% de los encuestados. Y un 79,9% reprueba su desempeño personal en el cargo.
El bajo nivel actual viene precedido del desplome registrado en el sondeo precedente de marzo, cuando el respaldo al gobierno del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), fundado por Luiz Inácio Lula da Silva, bajó 30 puntos de un golpe hasta 10,8%.
Antes de las elecciones de 2014, que la mandataria ganó ajustadamente, el gobierno del PT contaba con la simpatía del 41% de los consultados. La mejor consideración histórica para el trabajo que elabora MDA es del 57% de respaldo en julio de 2012.
Efecto Petrobras
La popularidad de Rousseff viene desmoronándose a medida que los frentes de conflicto se han multiplicado.
Entre marzo y abril, el gobierno tuvo dos multitudinarias manifestaciones en contra, que tapizaron decenas de ciudades y recalentaron el clima político, que nunca cedió tras las presidenciales. Las constantes revelaciones de la llamada “Operación Lava Jato” (lavadero de autos) sobre una confabulación entre empresarios y políticos que costaron más de 2.000 millones de dólares a Petrobras tampoco dan respiro.
El PT, que tiene 12 años en el poder, y otros cinco partidos políticos han sido mencionados profusamente en las confesiones de acusados que colaboran con la Justicia a cambio de una reducción de sus condenas. Las denuncias llevaron a prisión al por entonces tesorero del partido oficialista y a presidentes de grandes empresas como Odebrecht, Andrade Gutierrez y Camargo Correa.
En junio, la encuestadora Datafolha señaló que Rousseff contaba con un respaldo de 10% y un nivel de reprobación del 65%.
“En cualquier país hay caídas de popularidad, la mía deriva de una situación económica bastante adversa. Tengo la seguridad de que eso va a mejorar”, dijo hace dos semanas la presidenta en una entrevista en Rusia.
Brasil lleva más de cuatro años de crecimiento económico bajo o nulo y las proyecciones oficiales y privadas indican que se contraerá entre 1,5 y 1,7% en 2015. Esa correlación se expresó en el 60,4% de personas para quienes la crisis económica es el problema más grave de Brasil.
Crisis política
En segundo lugar está la crisis política, con un 36,2% de las respuestas.
El sondeo también puso en números el impacto sobre el ejecutivo de la saga de corrupción que generó tensiones en la relación entre el gobierno y el Congreso, y entre el legislativo y la corte suprema que juzgará a los políticos con fueros que son investigados por este escándalo conocido como el “Petrolao”.
El 69,2% de los consultados responsabiliza a Rousseff por el escándalo en Petrobras -pese a que no está siendo indagada por la Justicia- y el 62,8% dijo estar a favor de un impeachment (juicio de destitución) de la mandataria.
La mayoría de los brasileños consultados dijo esperar un deterioro del panorama de empleo, la renta, la salud y la seguridad en los próximos seis meses. Solo la educación mostró expectativas de mejora.
El sondeo se realizó entre el 12 y el 16 de julio a 2.002 personas en 137 municipios de todo el país. El margen de error es de 2,2 puntos.