Dos ex educadoras de párvulos de la Junji, Daniela Guerra y Lucy Ahumada, acusaron que fueron alejadas de sus puestos de trabajo y que los sumarios cursados en su contra son injustos ya que nacieron de problemas laborales.
Han sido meses de desesperación para estas “tías” de jardín, quienes ya llevan un periodo considerable de cesantía “por culpa de una mentira”. Para ellas, “la injusticia y los intereses de terceros” se ha vuelto una práctica común por parte de los directivos de varios jardines de la red, lo que ha derivado en acusaciones injustas como “carta de estrategia para deshacerse de profesionales”, comentó Guerra, ex educadora del Jardín “Las Pequitas” de Recoleta.
La profesional lleva más de 14 años educando niños con una carrera que era intachable, según explica. “Jamás había tenido problemas en ningún establecimiento, ni con apoderados y menos con niños. La situación me tiene muy dolida”, aseguró.
El sumario que realizó la Junji a la educadora de párvulos fue por agresión hacia un niño de 4 años, cuya madre tenía una buena relación con la profesional hasta antes de la denuncia.
“Yo ayudaba mucho a la madre, había sido mamá muy joven y le di mi apoyo de manera desinteresada, me afectó mucho al darme cuenta que la acusación venía de ella”, comentó, al mismo tiempo que aseguró que la denuncia era falsa.
Guerra relata que tuvo problemas con la directora del establecimiento por temas extra laborales, vinculados a su lugar de domicilio, donde Guerra denunció a un cercano de la encargada del jardín por problemas vecinales.
La denuncia, aseguró, fue el motivo principal para cursarle un sumario que dice ser injusto y que terminó por sacarla de la institución. “Jamás he tocado a un niño y nunca lo haría. La madre del menor fue manipulada. Esto no se sabe, pero las demandas por abuso y violencia hacia los niños son demasiadas en la Junji, pero no porque todas se apeguen a la realidad, muchas son utilizadas como cartas estratégicas para sacar a alguna profesional del camino”, dijo.
Consciente que su carrera profesional estaría llegando a su fin y como una manera de limpiar su nombre, Guerra ha tomado acciones legales y sociales.
“Hice una recolección de firmas de los mismo apoderados del jardín, quienes aseguran que el acto del que se me acusa no es así y que mediante esto, seguirán confiando en mi trabajo y en el amor que le entrego a los niñitos”, comentó.
El segundo sumario
El otro caso afecta a Lucy Ahumada, quien también fue acusada de agredir a un niño en un jardín de la Junji, esta vez en el jardín Los Copihues de La Florida. Actualmente su sumario es revisado por Contraloría por lo que aún no ha sido desvinculada de la institución, no así Daniela Guerra, quien ya fue separada definitivamente de sus funciones.
Según contó a BioBioChile, en el año 2012 la directora del establecimiento ya le había cursado una investigación por supuesto abuso sexual al momento de hacer aseo a una niño, denuncia que terminó en el Ministerio Público y que fue sobreseída por falta de pruebas.
“Nosotras no podemos limpiar a un niño, aunque esté orinado o se haya defecado en sus ropas interiores, debido a lo mismo por lo que se me acusó, evitar malos entendidos. Por eso se le avisa a los apoderados en caso que esto haya sucedido, para que vengan a retirar al menor”, aseguró.
Ahumada afirmó que siempre se mantiene al pie de las normas y que sus 24 años al servicio avalan esto. “Lo más increíble es que nunca tuve la necesidad de hacer aseo a la supuesta niña que abusé, por ende se cerró la investigación y permanecí en el jardín con la frente en alto, a pesar del miedo que sentí por represalias, que gracias a Dios no existieron, porque los padres me conocen como persona y profesional”, argumentó.
Sin embargo, la educadora comentó que un nuevo episodio volvió a interrumpir su vida laboral y siempre bajo la sospecha de la misma directora del jardín.
En esta ocasión, se le acusó por maltrato hacia un niño, donde según nos explica, todo fue un mal entendido. “Luego de la primera acusación, comenzaron los acosos laborales hacia mí. Me dejaban a cargo de dos cursos y con una técnico sin experiencia, por lo general eran practicantes”, afirmó.
El día que ocurrió la supuesta agresión comentó que había mucho desorden en su sala de clases, además de que debió prestarle atención a un niño con problemas de apego. En un momento de descuido, otro niño corrió hacia la puerta y ella intentó tomarlo para que no arrancara, golpeándose éste último. La situación fue observada por la apoderada de él.
Este hecho fue suficiente para que la dirección le cursara un nuevo sumario, el cual salió adverso y la apartaron del jardín donde trabajaba, esperando la resolución final de Contraloría. “La herida del niño fue suficiente para culparme de un acto que no hice. La madre tomó la misma actitud del jardín y no se consideró el testimonio del menor”, dijo.
Apoyo parlamentario
Las dos educadoras han realizado diferentes acciones para poder retornar a sus puestos de trabajo. Una de ellas ha sido buscar apoyo en el diputado Gaspar Rivas, quien las ayudó pidiendo a Contraloría una revisión de los casos.
Rivas comentó que ya solicitó antecedentes al órgano fiscalizador para aclarar esta situación. “Recibí denuncias por parte de ex funcionarias desvinculadas de la Junji respecto de algunas irregularidades que eventualmente podrían constituir delito”, aseveró.
“Oficié a la Contraloría General de la República para recabar más antecedentes al respecto, porque esta situación, de ser efectiva, sería tremendamente grave que se esté desvinculando a funcionarias”, añadió.
La versión de la Junji
BioBioChile se contactó con la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) para conocer su opinión con respecto a este caso. La institución señaló que ante las situaciones denunciadas se decidió realizar sumarios jurídicos, los que concluyeron que ambas mujeres efectuaron maltratos a párvulos, por lo que se decidió su desvinculación.
“La Junta Nacional de Jardines Infantiles afirma que cumplió con la convención de los derechos del niño y la niña al sancionar el maltrato que se cometió a los párvulos con esta medida disciplinaria que aplicó la misma institución a estas dos ex funcionarias”, se indicó.
Con respecto a lo denunciado por Guerra, la institución explicó que “otra educadora la sorprendió maltratando físicamente a una de las párvulos” y tras el sumario correspondiente “se estableció que existió maltrato físico y psicológico en contra de la menor”. Junto con ello, fueron enfáticos en señalar que tras los reclamos de la profesional se llevó a cabo una revisión del sumario realizado en donde se ratificaron las denuncias en su contra.
En tanto, sobre Lucy Ahumada indicaron que su desvinculación se decidió tras investigar tres denuncias realizadas por apoderados, quienes la acusaron de maltrato físico a los menores. “Actualmente se está esperando que Contraloría ratifique el veredicto en relación con Ahumada”, se señaló.
“Nosotros como Junji hicimos lo que teníamos que hacer”, agregó la institución.
Finalmente, se le consultó al organismo si denunció ambas ex funcionarias a la justicia por maltrato infantil, declarando que no debido a que los hechos no eran constitutivos de delito.
Según el Protocolo de Buen Trato alojado en la web del Ministerio de Educación, la institución no denunciará ante la justicia los casos de violencia infantil de carácter leve y que no sean constitutivos de delito, como ocurre en estos casos según el ente público.
Lucy Ahumada llamó a que otras educaras de párvulo que se hayan visto afectadas por situaciones similares la contacten al celular 92083667, para sumar fuerzas en la lucha por recuperar sus puestos laborales.