Las aplicaciones para citas son un boom entre los usuarios de teléfonos inteligentes, y es que al parecer sus suscriptores han conseguido buenos resultados con ellas.
Sin embargo ¿en realidad podemos encontrar el amor o la pareja ideal en Internet? Hay que ir paso a paso. Christian Rudder, fundador de OkCupid, uno de los sitios más importantes de citas en Estados Unidos, señaló a BBC, que sólo necesitaban tres preguntas para saber si la primera cita dará frutos:
“¿Te gustan las películas de terror?”
“¿Alguna vez has viajado solo/a por otro país?”
“¿No sería divertido dejar todo e irse a vivir a un velero?”
Según el experto “las respuestas suelen coincidir en la primera cita de dos personas que terminan formando pareja”. Esta fue la conclusión a la que llegó, luego de analizar los datos de aquellos miembros de su sitio web que terminaron siendo pareja.
Pero para conocer a alguien a través de internet, hay que tener mucho cuidado. La realidad virtual nos entrega diferentes posibilidades, desde darnos el poder de ser quienes somos en realidad hasta inventar toda una nueva vida.
Tinder y Grindr son dos de las aplicaciones más populares entre quienes andan en busca de una relación, pero también son redes sociales donde abundan los perfiles falsos.
“Todos mienten” decía el famoso Dr. House, y al parecer es cierto, especialmente en la realidad virtual. El tema, sin embargo, es hasta qué punto podemos creer lo que nos dicen estás ‘posibles parejas’, cómo darnos cuenta y cómo saber si el perfil que nos “coquetea” es real o es una cuenta falsa.
En este sentido Clive Echagüe, psicólogo de la Universidad Católica del Norte en contacto con BioBioChile, explica que la realidad virtual “te permite emular o actuar diversas identidades de cierta manera, eso por lo general se entiende como si fuese algo patológico”. Y “adoptar distintas identidades, ya es algo que ocurre en la vida común y cotidiana digamos, no virtual”, agrega.
“Cuando alguien está usando a sabiendas imágenes falsas y sigue planeando juntarse con la persona, generalmente está motivado por fuertes necesidades emocionales de amor, de alivio de la soledad, por el deseo de una relación o por las ganas de interactuar con otra persona, y necesita su validación. Estas necesidades emocionales fuertes pueden alimentar a los patrones de pensamiento como la racionalización, la negación y la falsa esperanza. Estas personas pueden decirse a sí mismos que una reunión en persona dará lugar a una química tan fuerte que las falsas fotos no importarán o alguna otra fantasía basada en esperanza”, explica el psicologo Dr. Joseph Cilona, al portal digital de noticias Queerty.
Rudder, por otro lado explica que los hombres suelen mentir sobre la edad, la altura y los ingresos económicos, y que por su parte las mujeres mienten con la edad, el peso y el físico.
Al mismo tiempo, y según su experiencia en datos sobre eternos pretendientes en estas redes sociales, dice “Mi intuición es que la mayoría de lo que escriben los usuarios es cierto, pero que la gente se malinterpreta a sí misma”.
Las mentiras en estas redes sociales son un claro problema, llevan a citas equivocadas, a malos entendidos y malos ratos, ¿pero cómo descifrar que un perfil es falso?
Por otro lado Echagüe comenta que “más problemático, puede ser, el hecho de que para que una persona pueda sentirse como acogida en la sociedad y por otras personas tenga que falsear o inventar atributos de sí mismo para poder mantener una relación, o personas con quienes hablar”. “La virtualidad es una posibilidad de hacer cosas que en la vida compun y cotidiana no se puede”, agrega.
De este modo, dice, “en sociedades como las nuestras, la actuación de hábitos incluye a las personas en ciertas dinámicas sociales que les da cierta consistencia psíquica o subjetiva pertenecer, o cumplir con algún tipo de estándar social. Hay personas que por sus características personales o algún marcador de diferencia se anteponen que ya tendrán un fracaso en la búsqueda de pareja o amigos, etc”.
“Por otra parte, también tenemos a la persona que hace juegos virtuales por ejemplo, hombres casados que solo mantienen conversaciones eróticas con otras personas sin llegar al encuentro. Yo creo que tiene de alguna forma, compensar algún aspecto de la vida psíquica de los sujetos, pero eso escapa solo a la virtualidad. La virtualidad posibilita que salgas menos dañado de algo así pero en la vida cotidiana, ya está, hay personas que se inventan toda una vida, y uno dice que les conoce y se lo compra como real”, enfatiza.
“Entonces… igual en una sociedad neoliberal como la nuestra, las personas también adoptan cierta costumbre autómata, puedes inventarte o comprarte una identidad (en base a consumos), por ejemplo, cuando vemos Instagram y la cantidad de fotografías de personas, por ejemplo, consumiendo cosas, o fotografiando objetos… que le dan cierto estatus”, explica.
En estas aplicaciones de citas para celulares es más complejo darse cuenta si un perfil es falso, sin embargo expertos aseguran que se deben aprovechar todas las herramientas que las mismas redes cuentan para así “desenmascarar” al sujeto en cuestión.
Lo más efectivo es sin duda pedir una “selfie”, hablar por FaceTime, Line o Skype.
Las redes sociales sin duda llegaron a revolucionar las relaciones humanas, sin embargo el costo de estas situaciones puede llegar a ser perjudicial.