Luego de una semana fuera del país, los tres representantes del Movimiento de Laicas y Laicos de Osorno retornaron de su viaje a Bolivia para intentar acercarse al papa Francisco para entregarle información sobre la crispación que vive el mundo católico tras la llegada de Juan Barrios como obispo local.

Tal como se informó, ellos fueron retenidos por la policía. A pesar de ello, aseguraron haber cumplido dos de los tres objetivos con los que partieron desde Osorno.

Fue en Santa Cruz de la Sierra donde Felipe Navarrete, Mario Vargas y Juan Carlos Claret fueron aprehendidos por la policía boliviana producto de los carteles que portaban durante la procesión que hizo el papa Francisco, debiendo pasar 14 horas al interior de una comisaría; no en los calabozos pero sí en dependencias policiales, tras lo cual fueron liberados por gestiones de la cancillería y el consulado chileno.

De acuerdo a Juan Carlos Claret, la arbitraria e injustificada detención provocó que perdieran la oportunidad de acercarse al papa, aún cuando se puede socializar la situación osornina entre el mundo cercano al sumo pontífice, así como a la prensa internacional que lo acompaña.

Respecto a la situación procesal en la que que quedaron, Claret descartó alguna consecuencia, afirmando incluso que desde la policía boliviana se les tuvo que pedir disculpas por la arbitraria e injustificada detención.

Finalmente el vocero de los Laicos y Laicas de Osorno precisó que se cumplió el tercer objetivo, que era establecer contactos con movimiento populares vinculados a la iglesia, para seguir potenciando causas como las que impulsan.