El teniente coronel de la Policía Nacional de Colombia Alfredo Ruiz, quien falleció el viernes en un atentado de la guerrilla FARC en el suroeste del país, fue despedido este domingo en un funeral con honores en Bogotá, y en medio de pedidos de paz.

Ruiz, comandante de la Policía de la ciudad de Ipiales, en el departamento de Nariño (fronterizo con Ecuador), murió junto a un patrullero y un civil el viernes cuando guerrilleros de las FARC lanzaron explosivos al vehículo en que se desplazaban los dos uniformados.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas) sostienen diálogos de paz en Cuba con el gobierno de Juan Manuel Santos desde noviembre de 2012, pero sin que se haya decretado una tregua en el terreno.

Durante la misa fúnebre y el acto de honores militares celebrados este domingo en memoria de Ruiz, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, pidió a las FARC “reflexionar” y detener la arremetida que ha mantenido en los últimos días.

Los colombianos queremos paz, pero los señores de las FARC deben entender que los colombianos queremos paz, sí, pero sin terrorismo. No podemos seguir por este camino, deben hacer un alto en el camino y reflexionar si realmente tienen la decisión política de avanzar en una negociación“, dijo Cristo.

La familia del policía fallecido recibió -en un momento emotivo de la ceremonia- una bandera de Colombia de manos del director de la Policía Nacional, Rodolfo Palomino.

Tras el acto fúnebre, Diego Ruiz, hijo del teniente coronel, se refirió también a la necesidad de paz que tiene Colombia.

“La paz no es con las FARC, la paz no es del gobierno Santos, la paz es de nosotros, si nosotros entendemos eso, que era lo que pensaba mi papá, creo que vamos a dar un paso importante”, dijo Ruiz a la AFP.

El sábado, las autoridades ofrecieron una recompensa de unos 80.000 dólares por información que lleve a la captura de los guerrilleros que participaron en el atentado contra el teniente coronel.

Este fin de semana también se confirmó que, además de las heridas por explosivos, los dos policías muertos en el ataque recibieron disparos a quemarropa en la cabeza.

En las últimas semanas, y tras suspender el cese al fuego unilateral que mantenían desde diciembre, las FARC incrementaron su accionar violento, que ya deja seis fallecidos -cinco de ellos uniformados-, además de afectaciones ambientales y a poblaciones enteras del suroeste del país.

El conflicto colombiano, de más de medio siglo, ha dejado oficialmente al menos 220.000 muertos y más de seis millones de desplazados.