Tres trabajadores muertos y otros tres heridos dejó este sábado un accidente en las obras de la gigante central hidroeléctrica de Belo Monte, en el corazón de la Amazonía brasileña.

“Es con inmenso pesar que el Consorcio constructor Belo Monte (CCBM) informa que, en el final de esta tarde, el cuerpo de bomberos de Altamira (estado de Pará, norte de Brasil) concluyó el rescate de los cuerpos de los tres ayudantes de producción víctimas del accidente”, anunció el CCBM en una nota.

Los tres empleados estaban desaparecidos desde las dos de la mañana del sábado, cuando uno de los silos de la central de cemento de las obras se desmoronó durante la operación de descarga de un camión.

Otros dos trabajadores resultaron heridos leves y fueron liberados después de ser atendidos. Un tercer empleado está siendo tratado de una fractura en el hombro, añadió el consorcio.

“Un silo de almacenamiento de cemento, compuesto por tubos que tienen capacidad para 1.200 toneladas, se soltó y cayó sobre los trabajadores”, explicó por su parte la policía civil de Altamira al diario O Estado de Sao Paulo.

En la construcción de esta gigante hidroeléctrica -destinada a ser la tercera más grande del mundo, por detrás de la binacional brasileño-paraguaya Itaipú y de la de Tres Gargantas en China- hay once silos más como el accidentado.

Desde le comienzo de las obras en junio de 2011, la construcción de la futura central ha tenido que ser interrumpida en varias ocasiones por órdenes judiciales, protestas indígenas o conflictos laborales.

Belo Monte se construye a un costo de casi 13.000 millones de dólares a orillas del río Xingú e indígenas y grupos ecologistas llevan años denunciando su gran impacto socioambiental y se oponen a la obra.

Aunque no inundará directamente sus tierras, las comunidades cercanas han denunciado que la hidroeléctrica pone en riesgo la pesca y la ecología que les garantiza la subsistencia.

Cuando esté plenamente operativa, la usina proporcionará 11.233 MW, el 11% de la capacidad energética instalada del país.