Estimados BioBioChile:

Me permito dirigirme a Uds. primero que nada como penquista de corazón y luego por el tremendo prestigio y credibilidad que tiene su medio de comunicación, el cual escucho desde hace muchos años tanto en Concepción como en Santiago.

El objetivo de esta carta es visibilizar un problema mayor que ha quedado postergado de la agenda pública debido a los terribles desastres que han azotado a nuestro país en los últimos días y por los escándalos políticos y empresariales de los últimos meses; me refiero al gran problema que nos está afectando producto de la Reforma Educacional que intenta llevar a cabo el actual gobierno.

Quisiera rogarles que esto que les estoy escribiendo sea divulgado y publicado por Uds. a nivel nacional y a la vez dejarles en claro que aquí no hay sesgo político alguno, sino que la simple constatación de una realidad.

Como Uds. bien saben, desde que se hicieron públicos los alcances de la reforma educacional es que se nos ha estado diciendo que nuestros hijos no serán afectados, que principalmente la clase media no será afectada sino beneficiada, etc., etc. Pues bien, he aquí la prueba irrefutable de que esto no será así, sino que una vez más será el digno “ciudadano de a pié” de este país, el que paga todos sus impuestos y cumple con sus obligaciones y con las leyes, el que tendrá que pagar los platos rotos de una reforma hecha a la ligera y a espaldas de las comunidades educativas (padres, apoderados, alumnos y sostenedores).

Con mucho esfuerzo mi esposa y yo tenemos a nuestra hijita de 8 años en el mejor colegio que pudimos conseguir para ella, pensando en su futuro y desarrollo personal. Fue así como en el año 2011 la inscribimos en el pre-kinder del Colegio Almondale – Lomas de Concepción, establecimiento particular subvencionado con un copago mensual que podíamos solventar.

Nos parecieron muy adecuadas las instalaciones y los planes de crecimiento del colegio así como sus planes de estudio y los valores que inculcan al alumnado. De hecho hoy mi hija con 3er año básico sabe más inglés del que nosotros sabíamos cuando estábamos en 1ro. medio; el colegio está muy bien catalogado con las mediciones actualmente disponibles y el ambiente educativo es muy bueno y organizado.

Pues bien, el pasado viernes 24 de Abril hemos sido notificados (como todos los demás apoderados del colegio) vía correo electrónico, de que a partir del próximo año los 3 colegios Almondale de Concepción pasarán a ser particulares pagados, subiendo el costo actual anualizado desde $1.070.000 hasta $2.163.000, es decir un 102% de aumento en la colegiatura, lo que además considera una cuota de matrícula que antes no existía.

Para nosotros como apoderados esto ha sido un remezón terrible, probablemente ya no podremos mantener a nuestra hija en ese colegio, así como muchos otros apoderados. Y esto a nuestro entender es el claro reflejo de la pésima reforma educacional que se quiere implementar, nivelando hacia abajo, empujando a los apoderados a poner a sus hijos en los pésimos colegios públicos (ni pensar en los colegios subvencionados que van quedando, ya que no tienen cupo) donde no tendrán incentivos para aprender, ni la pretendida calidad que pregona el Ministerio de Educación.

Esto no sería un problema, si acaso la reforma se hubiese realizado con sentido común, es decir nivelando hacia arriba, preocupándose de verdad de que la educación pública adquiera calidad; de esta forma no nos cabe duda que la migración de alumnos se daría en forma natural, sin embargo es un hecho de la causa que la situación ha sido planteada a la inversa obligando y acorralando a los apoderados para matricular a sus hijos
en la única opción posible, la educación pública, ya que las otras irán quedando fuera de sus posibilidades una por una (como es el caso de nuestro colegio).

Como ciudadanos de esta república y padres responsables por la educación de nuestros hijos debemos ser claros en exigir de las autoridades que revisen su dichosa reforma y hagan algo con menos tinte ideológico y más apegado a la realidad y a nuestras necesidades, es decir que actúen con el sentido común que tanta falta les hace.

No faltarán las voces altisonantes como la de la propia Presidenta que cada vez que puede nos dice que ella es “hija de la educación pública”, sin embargo ante eso debemos preguntarnos ¿a qué “educación pública” se refiere? Claramente la que ella conoció en los años 60 y 70 no es comparable a la educación pública de hoy ni de los próximos 20 ó 30 años al paso que vamos, y no es sólo un problema de medios, sino que además existe un profundo problema con la calidad del “material humano”, la exigencia, la auto-exigencia y la disciplina de alumnos y profesores; baste con preguntar a cualquier profesor que le toque la triste misión de trabajar en ese ámbito.

Nuestro colegio subvencionado pasará a ser particular pagado dejando a muchos alumnos en el camino, así irá pasando con cada uno de los colegios subvencionados del país que con disciplina y trabajo han aspirado y conseguido la ansiada calidad de educación que todo padre quiere para sus hijos y que el estado con todo su aparato burocrático no ha sido capaz de proveer a sus ciudadanos.

Estimados Sres., creemos que esta carta interpreta el sentir de muchos padres que hoy por hoy se sienten impotentes ante el actuar irresponsable e improvisado de nuestras autoridades, privándonos de la educación que pudiéramos darle a nuestros hijos y tratando de conformarnos con un vil sucedáneo mal pensado y mal ejecutado.

Reitero a Uds. mi solicitud de hacer pública esta carta. Pretendemos hacerla llegar también a los parlamentarios de nuestra zona para que de alguna forma se den cuenta de lo que está sucediendo ante sus narices.

Atentamente,

Jorge B.

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