La dirigencia de Blanco y Negro SA habría condicionado la continuidad del técnico Héctor Tapia a la salida del ayudante Miguel Riffo, a quien considerarían “mala influencia”, y del preparador físico Juan Ramírez.

Según informa hoy El Mercurio, “Ramírez está mal evaluado por el número de lesionados. Y en el caso de Riffo, el ex central despierta recelos, especialmente en el poderoso Leonidas Vial”.

El matutino señala que “parte de ByN culpa al ex defensor de haber liderado el desaire del plantel a ‘León’ (Leonidas Vial) y al ex presidente Arturo Salah, en noviembre, cuando no los dejaron ingresar al camarín tras la victoria ante Audax Italiano (9 de noviembre). Eran los días del “caso Barroso”, y en el vestuario sentían que la cúpula no estaba defendiendo como correspondía al jugador argentino por sus críticas a la ANFP”.

Añade el periódico que “Vial sigue sin perdonar a Tapia y a Riffo por el portazo en la cara. Y aunque no se opone a la permanencia del director técnico, considera a su ayudante de campo como una mala influencia”.

Además, “Vial -el directivo más antiguo de la mesa actual de Blanco y Negro- tampoco olvida los problemas que tuvo el directorio con el mismo Riffo y otros referentes cuando integraba el plantel que adiestraba Claudio Borghi”

Finalmente, en el caso de Héctor Tapia, el presidente Aníbal Mosa y la mesa directiva “no están ciento por ciento satisfechos con el trabajo del cuerpo técnico. Le cuestionan la falta de logros deportivos en la última temporada -perdió el Apertura y el Clausura, no avanzó de la fase de grupos en la Copa Libertadores y tampoco escaló en la Copa Chile-, pero sobre todo el manejo grupal”.