El presidente sirio, Bashar al Asad, acusó a Turquía, que apoya a la rebelión, de haber saboteado un plan de la ONU destinado a acabar con los combates en Alepo (norte), en una entrevista difundida el viernes.
Asad considera que la situación en Siria es actualmente “más peligrosa” a causa de países “que utilizan el terrorismo por procuración para destruir a otro país”, en alusión a Arabia Saudí, Turquía y Catar que, según analistas, enviaron más armas a los rebeldes, permitiendo así tomar la ciudad de Idleb.
El mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, abogaba por un plan que contemplase “la congelación” de los combates en Alepo.
Esta ciudad, la segunda más importante del país, está dividida entre un sector bajo mando rebelde y otro controlado por el régimen. La provincia de Alepo, al igual que Idbel, es fronteriza con Turquía.
“Los turcos dijeron a los terroristas (rebeldes), a los que apoyan y supervisan, que no cooperen con De Mistura”, declaró Asad al diario sueco Expressen, según un video de la entrevista en inglés difundida por el periódico.
Según Asad, “cualquier plan que usted quiera aplicar hoy para poner fin al problema será saboteado a través de una intervención extranjera”.
El enviado de la ONU es “consciente de que fracasará si no consigue convencer a estos países de que dejen de apoyar a los terroristas y dejen a los sirios resolver sus problemas”, según Asad, cuyas fuerzas cuentan con el apoyo del Hezbolá libanés y de otros grupos extranjeros.