La ONU exigió un alto el fuego inmediato en Yemen donde los combates entre partidarios y adversarios del jefe del Estado y los bombardeos de una coalición árabe contra la rebelión han provocado centenares de muertos y una grave crisis humanitaria.
Mientras que nuevos actos violentos dejaron al menos 36 muertos en el sur de Yemen, donde se concentran los combates, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió tregua.
“El proceso de paz diplomático apoyado por las Naciones Unidas es el mejor medio para salir de esta guerra que dura desde hace demasiado tiempo y que tiene consecuencias terroríficas para las estabilidad regional”, agregó el jueves por la noche en Washington.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javaz Zarif, pidió la celebración de un “diálogo inmediato” entre las partes beligerantes durante una conversación telefónica con Ban, según informaciones de la agencia estatal Irna.
El miércoles, Zarif dijo que su país estaba preparado para usar su influencia con el fin de actuar para impedir que “Al Qaeda se aproveche de esta espantosa situación para progresar”, reportó Irna.
Beneficiándose del caos en el país, Al Qaeda ha ido avanzando y se ha hecho con el control de Mukalla, una ciudad de 200.000 habitantes, en el sureste del país, según indicaron fuentes militares.
Mientras que Riad y Washington acusan a Irán de apoyar a los rebeldes chiitas hutíes, que combaten junto a los militares fieles al expresidente Ali Abdalá Saleh, Teherán desmiente toda implicación en el conflicto yemení.
Desde el pasado 26 de marzo, una coalición árabe liderada por Arabia Saudí perpetra bombardeos diarios contra las posiciones de los rebeldes en Yemen, que controlan la capital, Saná, y varias provincias del norte, del centro y del oeste del país.
Un día después de que empezaran los ataques de la coalición, el presidente Abd Rabo Mansur Hadi huyó a refugiarse a Arabia Saudí.
Llamado a la ayuda internacional
Frente a este drama humanitario, que ha dejado 767 muertos y 2.906 heridos según el último balance de la ONU, Ban Ki-moon subrayó que “es el momento de respaldar (la idea) de los corredores que permitan la llegada de ayuda y de pasar a una paz verdadera”.
Después de la dimisión de su emisario en Yemen, Jamal Benomar, Ban Ki-moon indicó que buscaría un nuevo mediador que podría ser “desplazado inmediatamente” a la región. “Los saudíes me dijeron que entendían la necesidad de un proceso político”, explicó.
La ONU y sus socios humanitarios en Yemen piden una ayuda internacional de 274 millones de dólares (253 millones de euros) para responder a las necesidades de 7,5 millones de habitantes afectados por la intensificación del conflicto.
“Miles de familias han huido de sus casas a causa de los combates y de los ataques aéreos. A las familias corrientes les cuesta mucho acceder a los servicios de salud, al agua, a la alimentación y al carburante”, avisó el coordinador de la ONU para asuntos humanitarios, Johannes Van Der Klaauw.
Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) lamentó el viernes la cruel falta de medicamentos, alimentos y carburante en ese país.
“Necesitamos urgentemente encontrar una vía para hacer entrar los alimentos en Yemen”, sin la cual, la situación se hará “muy problemática en las próximas semanas”, advirtió Cédric Schweizer, responsable del CICR en Yemen.