Llegó el histórico día en que Barack Obama y Raúl Castro se verán las caras y “probablemente” dialogarán durante la Cumbre de las Américas en Panamá, tras más de cinco décadas de conflicto entre sus dos países.

“Claro que nosotros prevemos que haya una oportunidad para que se vean durante la cumbre mañana (…) Esperamos que tengan una reunión”, dijo este viernes Ben Rhodes, asesor de Obama, a los periodistas, horas antes de que inaugure el foro hemisférico.

Como preámbulo, Obama conversó teléfonicamente con Castro el miércoles desde Washington, antes de partir a Panamá, según una fuente de la Casa Blanca.

Es su segunda conversación telefónica luego de la que sostuvieron antes de anunciar el 17 de diciembre pasado el proceso de normalización de relaciones, rotas dos años después de que Fidel Castro llegó al poder en 1959.

La imagen de un apretón de manos inmortalizaría el momento que refrenda esa histórica decisión, lo que la hace muy diferente al breve saludo de 2013 en el funeral de Nelson Mandela.

Obama y Raúl Castro se sentarán en la mesa de diálogo del foro que abrirá a las 00H00 GMT. Será el primer encuentro de un presidente estadounidense y uno cubano desde que en 1956 Dwight Eisenhower y Fulgencio Batista también se vieron en esta ciudad.

Como señal de acercamiento, en lo que hasta ahora fue la reunión de mayor nivel en cinco décadas, el secretario de Estado John Kerry y el canciller cubano Bruno Rodríguez conversaron el jueves en Panamá sobre “el restablecimiento de las relaciones diplomáticas” y “la apertura de embajadas”, según la cancillería de Cuba.

“En la reunión, por cerca de tres horas y en un clima respetuoso y constructivo, ambas partes acordaron continuar conversando sobre otros temas”, agregó.

Allanando el camino

Raúl Castro entra por la puerta grande a un foro del que la isla comunista estuvo excluida desde la primera Cumbre de las Américas de 1994. A esta cita con la historia el presidente estadounidense no llega con las manos vacías.

“Lo que hace histórica a esta Cumbre es la participación de Cuba. Pero nadie hubiera asegurado que el estreno cubano tuviera lugar en medio de intensas negociaciones bilaterales para reabrir embajadas y restablecer plenamente las relaciones”, afirmó Carlos Malamud, investigador de América Latina del Real Instituto Elcano de Madrid.

En una secuencia de acontecimientos que mejoraron notablemente el clima de la cita, Obama recibió el jueves la recomendación del Departamento de Estado de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo, según el senador Ben Cardin.

Sin embargo, Obama aún no ha tomado una decisión sobre ese asunto, indicó este viernes el asesor de la Casa Blanca Ben Rhodes.

Aunque el retiro de esa lista allanaría el camino para la reanudación de nexos diplomáticos, queda mucho por andar. Respaldada por América Latina, Cuba reclama el territorio de Guantánamo que ocupa la base naval estadounidense y el fin del embargo impuesto en 1962. Estados Unidos pide avances en derechos humanos.

“Nunca predije que todo se pueda transformar de la noche a la mañana”, manifestó Obama, en una escala en Kingston antes de llegar a Panamá.

Distensión con Venezuela

Las tensiones entre Caracas y Washington, que aumentaron luego de que Obama declaró en marzo a Venezuela como una “amenaza” para Estados Unidos, podrían empañar la celebración del acercamiento con Cuba.

El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien prevé visitar el populoso barrio El Chorrillo -bombardeado durante la invasión estadounidense en 1989- llegó a la Cumbre con la promesa de entregar a Obama 13,4 millones de firmas que asegura reunió contra ese decreto.

Pero esta semana los dos países bajaron su retórica de confrontación. Obama reconoció que Venezuela realmente no es una amenaza, y Maduro dijo estar dispuesto “al diálogo”.

Obama, quien visitó las mañana del viernes el centenario Canal de Panamá, quiere presentar ante el foro su legado en la búsqueda de una mejor relación con América Latina, en la que Cuba siempre fue punto de controversia.

“El presidente Obama tomó una decisión audaz, valiente, que mejora sustancialmente las relaciones con el resto de las Américas porque el problema con Cuba era una especie de ampolla, que ahora ya no duele”, expresó el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en un foro empresarial paralelo a la Cumbre.