El Consejo de Seguridad de la ONU exigió el acceso humanitario al campo palestino de Yarmuk en Damasco, del cual los refugiados huyen despavoridos tras la llegada de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

Una delegación palestina viajó a Damasco para negociar la ayuda al campamento de Yarmuk, indicó un responsable palestino en Ramala.

El Consejo de Seguridad de la ONU, integrado por 15 países, exhortó a “la protección de los civiles en el campamento para asegurar el acceso humanitario al área, proveer asistencia y salvar vidas”, dijo la embajadora Dina Kawar, de Jordania, país que preside el cuerpo este mes.

El Consejo está pronto para “considerar las medidas adicionales que podrían ser tomadas con el fin de brindar protección y asistencia necesarias” a los palestinos de Yarmuk, añadió la embajadora.

Kawar recordó resoluciones de la ONU sobre Siria que obligan “a todas las partes a levantar los sitios impuestos a las zonas habitadas” y facilitar la distribución de ayuda humanitaria.

El EI ha obligado a rendirse a una parte de las fuerzas palestinas dentro de Yarmuk. En la actualidad controla buena parte del campo, asediado por el ejército del régimen y a sólo 8 km del centro de Damasco.

Los miembros del Consejo “condenaron con la mayor firmeza posible los graves crímenes cometidos” en Yarmuk por el EI y el Frente Al Nosra, filial siria de Al Qaida, y subrayaron la necesidad de condenar esos crímenes, dijo la embajadora.

Por su parte, Estados Unidos condenó “enérgicamente el ataque del EI contra Yarmuk” en un comunicado del Departamento de Estado.

Escasez total

El Consejo de Seguridad fue informado de la situación en Yarmuk por el Comisionado General de la UNRWA (agencia de la ONU para los refugiados palestinos), Pierre Krähenbühl.

En videoconferencia desde Jordania, el responsable de la agencia habló de una “situación humanitaria totalmente catastrófica”.

Los habitantes “sobreviven apenas” con 400 calorías diarias, destacó.

El grupo EI lanzó la semana pasada una ofensiva con la ayuda del Frente Al Nosra, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Yarmuk, el campamento de refugiados palestinos más grande de Siria, llegó a albergar antes de la guerra a 160.000 personas, de las que hoy quedan unas 18.000.

Los habitantes sufren de escasez de comida, agua y medicamentos debido a un asedio casi total impuesto desde hace más de un año por el régimen.

Un acuerdo permitió el año pasado una ligera flexibilización del asedio, pero el acceso humanitario siguió siendo limitado.

La semana pasada, miles de residentes lograron huir y refugiarse en el barrio Tadamun de Damasco, bajo control de las fuerzas gubernamentales.

Los refugiados dijeron que habían soportado el asedio y los bombardeos, pero que no podían enfrentar el avance del Estado Islámico.

“Salí del campo a pesar de mí mismo”, dijo Um Usama, de 40 años de edad, que vivía en Yarmuk desde hace 17 años.

“Me hubiera quedado a pesar de los bombardeos y del hambre, pero la llegada de Daesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico) significa destrucción y matanzas”, dijo Usama.

En Damasco, la delegación palestina centrará sus esfuerzos en dar seguridad y asistencia a las personas residentes en el campo, dijo Ahmed Majdalani, de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

“Negociaremos con oficiales sirios para que garanticen la seguridad del corredor humanitario abierto ayer, con el objetivo de suministrar ayuda y sacar a los civiles, para que no se conviertan en escudos humanos del grupo terrorista Daesh”, explicó Majdalani, que encabeza la delegación de la OLP.

Majdalani se reunirá además con las facciones palestinas para discutir cómo enfrentar la amenaza del Estado Islámico.

Desde hace cuatro años, Siria vive una guerra civil en la que intervienen varios grupos yihadistas que luchan no sólo contra el régimen sirio, sino también contra otros rebeldes moderados.