La desaceleración económica de China, principal importador de acero chileno, la tendencia mundial a la baja de precios y la economía interna de nuestro país afectada por una agenda legislativa que generó cierta incertidumbre, sumado a los problemas estructurales para los exportadores, han golpeado duramente a CAP Acero, según señalan a la hora de hacer un balance anual de la situación.

Es de conocimiento público que el valor de la siderúrgica y su futuro se han empañado con estos factores, llevándola incluso a pasar de US$ 5 mil millones como valor total de empresa en 2012 a US$ 549 millones en marzo de este año, marcando un récord con la menor cotización de la última década.

En este contexto, el presidente del grupo CAP, Roberto de Andraca, entregó un balance de la situación a través de una carta a los accionistas de la compañía incluida en la memoria anual, documento en el cual apuntó a los factores externos como principales catalizadores de la sostenida baja sufrida en los últimos años, y que redujo los ingresos del último periodo en un 17.5% para CAP Minería.

De Andraca destacó las nuevas inversiones que realiza CAP y el avance en su programa de exploración, priorizando los distritos mineros ferríferos propios, pese a la baja en el precio de venta del mineral en 2014, que los llevó de cobrar un promedio de US$ 75,0 por tonelada, frente a los US$115,2 por tonelada alcanzados durante el 2013.

Sin embargo, abrió una brecha en torno al futuro de la compañía, pues al analizar el 17,5% en la reducción de los ingresos, se desprende la existencia de una pérdida de US$ 27,0 millones, una cifra que constituye alrededor de un 80% de la depreciación anual y que no permite declarar que la empresa haya alcanzado un equilibrio sustentable.

“Si bien es cierto que esta pérdida operacional es significativamente menor a los US$ 59,6 millones del año 2013 (excluyendo el ajuste por valor de activos realizado ese año), esta situación, de mantenerse, no sería sostenible”, indicó.

Un punto importante a tomar en cuenta, pues según asegura De Andraca, la compañía sigue expuesta a factores exógenos que podrían desafiar su continuidad. Factores que el ejecutivo calificó como propios de políticas de país y, por lo tanto, deben tener también su solución dentro de Chile.

“El costo de la energía para la industria electro-intensiva, por ejemplo, no está en línea con aquel imperante en países desarrollados o en vías de desarrollo que valoran el gran aporte social de tales empleadores, aún teniendo en cuenta las particularidades del mercado chileno. Solo este costo puede fácilmente tornar a la siderurgia en otra pérdida para la industria nacional”, afirmó.

De todas formas y como respuesta a la distorsión de los precios del material, CAP Acero inició en 2014 un proceso de reestructuración, que en un principio fue notorio para la región del Bío Bío, por la suspensión en la fabricación de productos planos y la consecuente reducción de planta.

“El esfuerzo continúa hacia la mejora continua basada en la eficiencia, con crecientes volúmenes fabricados por hombre/año, mejoras operacionales y de costo en los contratos de servicios, eficiencia energética, optimización en el uso de materias primas y materiales de mantenimiento, etc. Durante el año 2014 estas mejoras se reflejaron en ahorros permanentes por uS$ 11,1 millones”, sentenció.