Las negociaciones para evitar que Irán se haga con la bomba nuclear entraron en una nueva fase decisiva el miércoles, séptimo día de conversaciones, con algunos progresos, aunque persisten los escollos para alcanzar un acuerdo.

El jefe negociador iraní dijo que su gobierno no dejará que “la cuestión del tiempo nos complique las negociaciones”, después de que su país y las grandes potencias sobrepasaran el plazo fijado en la medianoche del martes para establecer los principios de un potencial acuerdo histórico.

“El tiempo es importante para nosotros pero el contenido de las negociaciones y nuestras peticiones son más importantes”, dijo Abas Aragahchi en una entrevista para la televisión iraní desde Lausana (Suiza), donde tienen lugar las negociaciones.

El grupo de los 5+1, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia) y Alemania quieren que Irán reduzca la talla de su programa nuclear para impedir que el estado iraní pueda reunir el material necesario para fabricar una bomba atómica.

Irán niega que quiera hacerse con la bomba y sus negociadores actúan bajo las estrictas órdenes del líder supremo el Ayatolá Ali Jamenei para rechazar cualquier recorte en su programa sin que haya un levantamiento de las sanciones que asfixian la economía del país desde hace años.

Araghchi dijo este miércoles que un acuerdo era imposible sin un “borrador para un levantamiento de todas las sanciones”, pero las grandes potencias quieren que la retirada de las sanciones sea gradual y que pueda ser revertida fácilmente en el caso de que Irán viole el acuerdo.

El interés es grande, con el miedo a que un fracaso pueda favorecer que Estados Unidos e Israel pasen a la acción militar para impedir la carrera nuclear iraní.

La Casa Blanca advirtió el pasado martes de nuevo que una opción militar para privar a la república islámica de las armas nucleares seguía abierta.

Señales contradictorias

Por su parte, el ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov y su homólogo iraní Mohamad Javad Zarif, que durante el miércoles mantuvo reuniones bilaterales con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, mostró su optimismo.

Lavrov dijo a medios rusos que las grandes potencias habían llegado a un “acuerdo de principio sobre todos los aspectos clave del acuerdo final” mientras Zarif declaró que esperaba que los negociadores pudieran “finalizar” el borrador el miércoles.

Pero los países occidentales rebajaron estas expectativas. Un alto cargo del Departamento de Estado norteamericano dijo que “todas las cuestiones no habían sido acordadas”.

En cambio, un “optimista” ministro británico de Relaciones Exteriores, Philip Hammond, dijo que los avances habían sido “notorios” pero que quedaban “algunos asuntos claves en los que hay que trabajar”.

Por su parte, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, quien abandonó Lausana junto con Lavrov y su homólogo chino, Wang Yi, dijo que los avances “no eran suficientes”.

Un diplomático alemán señaló que las conversaciones estaban “estancadas en varios asuntos importantes… Nada está decidido pero con buena voluntad un acuerdo [es posible]“.

Por su parte, Wang Yi envió un comunicado a los periodistas diciendo que “todas las partes deben estar preparadas para ceder un poco para poder alcanzar un acuerdo”.

Cuestiones por resolver

La cuestión gira en torno a cuán detallado será el acuerdo de principio que se está negociando entre Irán y el grupo de los 5+1.

Si no se consigue arrancar compromisos firmes por parte de Irán, el presidente estadounidense Barack Obama tendrá la dificultad de evitar que sus oponentes republicanos aprueben nuevas sanciones contra Teherán.

Los negociadores iraníes también están siendo presionados por la línea dura de su parlamento para que no cedan mucho y del presidente Hasan Rohani para que pueda cumplir su promesa de lograr el levantamiento de sanciones.

Los republicanos estadounidenses temen que, al ser probable que muchas de sus infraestructuras nucleares queden intactas, Irán siga siendo capaz de conseguir la bomba atómica, una preocupación compartida por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Netanyahu dijo el martes pasado que el acuerdo que se estaba forjando en Lausana estaba “allanando el camino” de Irán para conseguir armas nucleares.

Algunas áreas del acuerdo, incluyendo el futuro límite de la capacidad de enriquecimiento del uranio, parecen estar atadas.

Pero ambas partes todavía parecen estar discutiendo otros puntos, incluyendo la retirada de sanciones, qué hacer con los almacenes de material nuclear de Irán y la duración del acuerdo.