El presidente Barack Obama anunció el martes la desaceleración del ritmo de retiro de casi 10.000 soldados estadounidenses en Afganistán, subrayando que no están en un papel de combate y que la fecha límite se mantendrá para finales de 2016.
Como respuesta a una solicitud del presidente afgano, Ashraf Ghani, en su primera visita a la Casa Blanca tras ser electo hace seis meses, Obama anunció que mantendrá 9.800 soldados en Afganistán hasta finales de 2015, cuando el calendario inicial preveía que para entonces solo quedara la mitad de esos efectivos.
Justificando este cambio, Obama subrayó su deseo de “hacer todo lo posible” para ayudar a que las fuerzas de seguridad afganas tengan éxito. “Tenemos que hacer lo que sea necesario para no tener que volver”, dijo en una conferencia de prensa conjunta con Ghani.
El plan de reducción de tropas estadounidenses será establecido en el transcurso de este año hasta llegar a una presencia militar únicamente vinculada a la embajada de Estados Unidos en Kabul a fines de 2016, precisó la Casa Blanca.
En un claro contraste con su antecesor Hamid Karzai, quien tuvo tensas relaciones con Washington, Ghani agradeció extensamente a los soldados, así como a los “contribuyentes” estadounidenses sus esfuerzos por Afganistán, en conflicto desde hace más de una década.
“Ustedes se quedaron a nuestro lado, y quería agradecerles”, dijo el mandatario afgano, mientras Obama insistía en que esta visita marca un “nuevo capítulo” en la historia entre Washington y Kabul.
Esta “flexibilidad refleja nuestra vigorizada asociación con Afganistán, que tiene como objetivo hacer Afganistán más seguro y evitar que sea usado para lanzar ataques terroristas”, agregó Obama.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos lanzó un amplio despliegue militar en Afganistán, que oficialmente concluyó a finales de 2014, luego de que más de 2.300 soldados estadounidenses perdieran la vida en el conflictivo país.
Actualmente las tropas estadounidenses en Afganistán se concentran en operaciones antiterrorismo y el entrenamiento de las fuerzas de seguridad afganas.
Acelerar las reformas
Subrayando que hace cuatro años más de 100.000 soldados estadounidenses estaban en suelo afgano, Obama reiteró su compromiso con el retiro completo a finales de 2016, cuando concluirá su segundo mandato.
Para entonces, cerca de 1.000 efectivos deberían permanecer en Afganistán para proteger principalmente instalaciones diplomáticas de Estados Unidos.
“La flexibilidad para 2015 nos permitirá acelerar las reformas y asegurarnos de que las fuerzas de seguridad (afganas) sean más eficaces”, dijo Ghani, quien comenzó su visita a Estados Unidos el lunes acompañado de su jefe del Ejecutivo, Abdulá Abdulá.
“Hoy, Estados Unidos no tiene más un rol de combate en Afganistán, pero la misión de entrenamiento, de ayuda y de asesoría es un componente crucial en nuestro esfuerzo colectivo”, siguió Ghani, asegurando que la decisión de Obama también es a favor de la estabilidad regional y mundial.
El lunes, el secretario de Defensa, Ashton Carter, aseguró que Estados Unidos guarda “un compromiso inquebrantable en una alianza estratégica con Afganistán” y anunció que pedirá al Congreso estadounidense financiamiento hasta 2017 para asegurar que el ejército afgano mantenga el número de soldados en 352.000.
Mostrando su determinación en avanzar, Ghani publicó antes de su viaje a Estados Unidos una nueva lista de 16 nombres para completar su gobierno. Pero la meta aún está lejos de ser alcanzada.
Con la cercanía de la “temporada de combates” entre fuerzas afganas y los insurgentes talibanes, la crucial cartera de Defensa aún no ha sido designada.
Los talibanes afganos siguen planteando sus condiciones para la paz, principalmente el retiro total de los soldados extranjeros aún presentes en el país.
El miércoles Ghani intervendrá ante el Congreso estadounidense y el jueves viajará a Nueva York para reuniones en las Naciones Unidas, en particular con el secretario general, Ban Ki-moon.