Marruecos anunció este domingo una operación de desmantelamiento, en una gran parte de su territorio, de una “célula terrorista” preparada para perpetrar ataques contra “personalidades políticas y militares” en nombre del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

La (o las) fechas de esta operación dirigida por la oficina central de las investigaciones judiciales (BCIJ, por sus siglas en francés), de reciente creación, no se precisaron, así como el número de interpelaciones. 

Pero, según un comunicado del ministerio del Interior, tuvieron lugar en un número importante de ciudades: Agadir y Tarudant (suroeste), Marrakech (sur), Boujad (centro), Tiflet (noroeste), Tánger (norte), Ain Haruda (región de Casablanca) y El Aaiún, la principal ciudad del Sáhara occidental. 

“Armas de fuego y una gran cantidad de munición” que podrían servir para cometer “asesinatos de personalidades políticas, militares y civiles” fueron incautadas en un escondrijo cerca de Agadir, agrega el texto, citado por la agencia oficial MAP. 

Según la misma fuente, miembros de esta red que habrían jurado lealtad al grupo EI habían planeado de antemano “llevar a cabo ataques contra elementos de la seguridad para hacerse con sus armas”. 

Por otro lado, eran activos “en el reclutamiento y envío, con financiación extranjera, de jóvenes marroquíes” a Siria e Irak para combatir en las filas del grupo yihadista, que controla grandes pedazos de territorio en esos dos países. 

Marruecos, que no oculta su preocupación ante el fenómeno yihadista, anunció el viernes la creación del BCIJ, una estructura destinada a hacer frente, principalmente, a riesgos “terroristas”. 

El año pasado, Rabat ya había inaugurado un dispositivo de seguridad, denominado “vigilancia”, y completado su legislación antiterrorista. 

Según cifras oficiales, de 1.500 a 2.000 marroquíes combaten o combatieron recientemente en el seno de organizaciones yihadistas, en Irak y en Siria pero también en Libia.