El número de muertos en el atentado contra un museo de Túnez se elevó el jueves a 21, veinte de ellos extranjeros según el gobierno tunecino, que anunció la detención de nueve sospechosos.

Dos turistas españoles cuyo paradero se desconocía fueron hallados sanos y salvos este jueves, tras haber permanecido escondidos en el museo del Bardo durante la noche, indicó protección civil.

Según dijo la presidencia sin facilitar más detalles, fueron detenidos “cuatro elementos en relación directa” con el atentado, y “otros cinco sospechosos de estar en relación con esta célula” que llevó a cabo el ataque. También se anunciaron medidas para reforzar al ejército y las fuerzas del orden.

Asimismo, se identificó a los dos asaltantes como Yassine Abidi y Hatem Khachnaoui, quienes “probablemente” son tunecinos, según el ministerio del Interior.

“Los hemos identificado, son dos terroristas”, dijo el primer ministro Habib Essid en la radio francesa RTL, aunque avisó que “de momento, no podemos decir si ellos pertenecen a una u otra organización terrorista”.

24 horas después del tiroteo, el balance oficial se ha incrementado, pasando de 17 a 20 extranjeros muertos, anunció este jueves el ministro de Salud tunecino Said Aidi. A estos se añade un policía tunecino, con lo que el total de muertos asciende a 21.

Trece de ellos han sido identificados, incluidos tres japoneses, dos españoles, dos franceses, un colombiano, un australiano, una británica, una belga, un polaco, un italiano y el policía local, según el gobierno de Túnez.

El miércoles, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo sin embargo que entre las víctimas había dos ciudadanos colombianos.

El atentado, el más grave desde la revolución de enero de 2011, llegó justo al comienzo de la temporada turística en el país y en un contexto de amenaza yihadista creciente.

La primera consecuencia económica del ataque ha sido la anulación por parte de las compañías italianas MSC y Costa Cruceros de todas las escalas de sus buques previstas en Túnez.

Piden unidad

Recogiendo el sentir general en el país, el diario La Presse instó a “las instituciones del Estado, la sociedad civil, los medios de comunicación y los ciudadanos a actuar como uno solo para priorizar los intereses de la patria por encima de toda consideración política, partidista, corporativista o ideológica”.

Cientos de personas se reunieron el miércoles por la noche en el centro de Túnez para denunciar este ataque, al grito de “Túnez es libre, fuera los terroristas”.

Además, cerca de treinta asociaciones y sindicatos invitaron a los ciudadanos a acudir a una concentración silenciosa el jueves de tarde delante del museo del Bardo.

Nueve de los 20 turistas fallecidos eran pasajeros del crucero ‘MSC Splendida’, según informó el jueves la compañía, que precisó que otros seis no subieron al barco, entre ellos, dos españoles, un belga, un británico, un francés y un japonés.

Tras esto, fueron hallados precisamente dos turistas españoles que pasaron la noche escondidos en el interior del museo del Bardo por un empleado.

“Me han confirmado desde la embajada de Túnez que habían aparecido vivos y sanos nuestros dos compatriotas”, un hombre y una mujer, dijo a la prensa el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. La mujer estaba embarazada de cuatro meses.

El del miércoles fue el primer atentado contra civiles desde la revolución de enero de 2011, en un país que se ha impuesto como un modelo de estabilidad y de apertura en el mundo árabe mientras que la mayoría de los Estados de la Primavera Árabe han virado hacia el caos y la represión.

“Esos traidores serán aniquilados”

El primer ministro informó el miércoles de dos o tres posibles cómplices pero no dio ninguna indicación sobre las operaciones en curso para identificarlos.

El gobierno tampoco mencionó de momento ningún posible fallo en la seguridad, a pesar de que el museo linda con el Parlamento.

El ataque tuvo lugar en plena audición en la Asamblea de los cargos militares y de la justicia sobre la reforma de la ley antiterrorista, planeada desde hace meses pero constantemente pospuesta.

El ataque no ha sido reivindicado, pero Túnez combate desde hace más de dos años a un grupo yihadista vinculado a Al Qaida en el Magreb Islámico, la Falange Okba Ibn Nafaa, que hasta la fecha había centrado sus actividades en la frontera con Argelia.

Además, al menos 500 tunecinos, ex combatientes en Irak, Siria o Libia en las filas de organizaciones yihadistas como el Estado Islámico, han vuelto al país.

“Quiero que el pueblo tunecino comprenda que estamos en guerra contra el terrorismo [...]. Quiero que el pueblo tunecino esté seguro [...] de que estos traidores serán aniquilados”, clamó el presidente, Beji Caid Essebsi, en una declaración televisada el miércoles por la noche.

El ministerio de Cultura prometió reabrir el museo del Bardo “el martes, como muy tarde”.