Al menos 69 personas, entre ellas 36 niños, murieron víctimas de las lluvias torrenciales que cayeron sobre Lobito, ciudad ubicada a 500 kilómetros al sur de la capital angoleña Luanda, según un nuevo balance dado a conocer este sábado por los bomberos.

El gobierno destinó cerca de 930.000 dólares para ayudar a las familias damnificadas, anunció el viernes Bornito de Sousa, ministro de la Administración, quien se trasladó a Lobito, de 800.000 habitantes, junto a otros miembros del gobierno para asistir a los funerales de las víctimas.

Los damnificados, que en un principio recibieron tiendas de campaña para guarecerse, serán realojados en mejores condiciones en terrenos más apropiados, añadió el ministro, haciendo un llamado a la administración local para que realice un censo de todas las personas que habitan en zonas de riesgo, para que sean desplazadas a sitios más adecuados en el futuro.

Las lluvias torrenciales caídas durante la madrugada del jueves destruyeron varias viviendas precarias construidas en la periferia de la localidad de Lobito y las colinas circundantes. Posteriormente, el caudal de agua descendió hacia el centro de la localidad devastándolo todo a su paso.

Este sábado continuaban la búsqueda de cadáveres y las operaciones de limpieza.