Los padres de los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos hace casi medio año emprendieron este viernes un viaje a Estados Unidos para pedirle a la comunidad mexicana radicada en ese país sumarse a sus demandas de justicia absteniéndose de participar en las elecciones de junio, dijo a la AFP su vocero.
“La intención es decirles a los mexicanos que radican allá que el caso de Ayotzinapa no puede considerarse como una investigación cerrada, aunque el gobierno quiera que así se crea”, expuso Felipe de la Cruz, vocero de los padres de los estudiantes al magisterio.
En la llamada ‘Caravana 43′ participan también compañeros de los jóvenes desaparecidos que estudiaban en una escuela rural ubicada en Ayotzinapa, y se dividirá en tres grupos que recorrerán “ciudades con costas en el Pacífico, el Atlántico y centro de Estados Unidos, y el 20 de marzo todas se juntarán en Nueva York”, detalló Felipe de la Cruz.
Con mítines y marchas en localidades como Los Ángeles, Dallas y Washington, prosiguió De la Cruz, los padres de familia convocarán a las comunidades de mexicanos -la minoría más grande en ese país- a “que protesten contra el gobierno, incapaz de encontrarlos (a los estudiantes desaparecidos), y contra toda la clase política mexicana, no pidiendo las boletas” electorales en sedes diplomáticas de México con las que pueden emitir su voto para los comicios locales y legislativos del 7 de junio.
“El gobierno mexicano debe entender que no descansaremos hasta encontrarlos y todos los mexicanos donde sea que estén deben saber que no se puede confiar en las autoridades ni en los políticos y sus partidos”, acotó el vocero.
A casi seis meses de la fatídica noche del 26 de septiembre en la que sus hijos desaparecieron inmediatamente después de ser baleados por policías corruptos y sicarios en Iguala, los padres de familia muestran “estragos sicológicos”, aseguró este portavoz.
“Algunos no quieren ya ni alimentarse, pero aún así, la energía para protestar, sigue firme”, añadió después de una más de sus manifestaciones efectuada el viernes en el turístico puerto de Acapulco.
Los padres de los jóvenes han encabezado multitudinarias marchas en la Ciudad de México, viajaron a Ginebra, Suiza, en febrero para exponer su caso ante el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, pasaron parte de la Nochebuena y la del Año Nuevo postrados afuera de la residencia presidencial Los Pinos, siempre cargando fotos de sus hijos colgando de sus cuellos.
La fiscalía sostiene que tiene “certeza” de que fueron entregados al cartel Guerreros Unidos, que al confundirlos con sicarios enemigos, ordenó su asesinato, pero sus padres se aferran a la idea de que siguen con vida.
Amnistía Internacional es una de las organizaciones que también ha expresado dudas sobre la investigación gubernamental.