La presidenta de Brasil Dilma Rousseff anunció este jueves que estudia entregar en concesión la administración de al menos tres grandes aeropuertos, que se sumarán a otros seis privatizados, en medio del esfuerzo del gobierno por ajustar gastos y reactivar la economía.

“Estamos estudiando varias alternativas. Algunas ya tienen un nivel mayor de definición. Pero aún está en discusión Porto Alegre [sur], Salvador [noreste], Florianópolis [sur] y hay otras más. Puede haber otros más, estamos estudiando varias hipótesis”, dijo la mandataria.

Dos aeropuertos en Sao Paulo (sudeste), incluido el de Guarulhos, el mayor del país, el internacional de Rio de Janeiro (sudeste) y los de Brasilia (centro-oeste) y Belo Horizonte (sudeste) son administrados por consorcios privados.

La estatal Infraero, responsable de la administración de los aeropuertos estatales, tiene en estos cinco aeropuertos una participación del 49%.

Un sexto aeropuerto, el de Natal (noreste), fue construido y es administrado en su totalidad por una empresa privada.

El plan de privatización y modernización de los obsoletos aeropuertos de Brasil comenzó en 2011 con miras a la Copa del Mundo de 2014, que tuvo 12 sedes y requería de infraestructura aeroportuaria moderna para movilizar a millones de hinchas a través de este país de tamaño continental.

Rousseff indicó que en las nuevas concesiones, la estatal tendrá una participación menor que en los otros cinco terminales privatizados.

El gobierno, que busca ajustar sus cuentas, quiere una participación menor en estos tres aeropuertos de modo de invertir menos en el plan de modernización, obligatorio para el concesionario.

La privatización supondrá además ingresos para el gobierno. En 2014 recaudó 2.600 millones de reales (casi 840 millones de dólares) de aeropuertos y puertos concedidos y la expectativa es que la cifra aumente este año, destacó el diario O Globo.

El aeropuerto de Salvador mueve 13 millones de pasajeros por año, el de Porto Alegre 15 millones y el de Florianópolis, 4,1 millones, según el periódico.

Rousseff propuso además la creación de nuevas hidrovías para reducir los costos de flete de mercancías, que se realizan principalmente por carretera.