La temporada 2015 de Fórmula 1, que empieza el próximo domingo en Melbourne con el Gran Premio de Australia, se presenta como una batalla entre Mercedes-AMG, vigente campeón, y los cuatro “grandes equipos” en plena renovación humana, técnica y financiera.

Nacida a principios de 2010 tras la compra de Brawn GP (antes Honda F1), la escudería alemana recolectó, en 2014, los frutos de sus grandes inversiones gracias al tándem invencible que formaron el británico Lewis Hamilton, campeón mundial y once victorias, y el alemán Nico Rosberg, que firmó once poles positions y cinco victorias.

Con sede en Brackley y Brixworth, la escudería del ex campeón austriaco Niki Lauda y su compatriota Toto Wolff, no se ha dormido en los laureles y desarrolló un chasis y un motor que confirmaron tras los ensayos de pretemporada en España lo que todo el mundo sospechaba: Las ‘Flechas de Plata’ volverán a ser el equipo a batir en 2015 gracias al binomio inexpugnable de potencia y fiabilidad.

Sin embargo, en la Fórmula 1 todo es posible, sobre todo si puedes invertir los recursos necesarios para ello. La ‘resistencia’ a Mercedes ya está organizada y dos de las más grandes escuderías de la F1, Ferrari y McLaren-Honda, han puesto a disposición a todos sus hombres y recursos económicos para poder aguar, de vez en cuando, la fiesta del gigante alemán.

Después de una temporada sin victorias, la primera desde 1993, la ‘Scuderia’ ha optado por el cambio y convenció al cuádruple campeón del mundo, el alemán Sebatian Vettel, para que firmara por el equipo de Maranello, formando pareja con su amigo el finlandés Kimi Raikkonen. Los ensayos de pretemporada fueron positivos y todo empieza a cuadrar en el equipo dirigido por el italiano Maurizio Arrivabene, que espera hacer honor a su apellido (Arrivabene significa ‘buena llegada’ en español, ndlr).

En el otro lado del Canal de la Mancha, en la escudería ‘British’ por definición, McLaren, todo cambió para llegar a la cima. El británico Ron Dennis volvió con los japoneses Honda, después de 23 años, y el francés Eric Boullier convenció al español Fernando Alonso para retornar a Woking, sede del constructor de autos, al lado del inglés Jenson Button. El contador de victorias sigue parado en 182 y 20 títulos mundiales (de 1974 a 2008), pero si alguien puede reiniciarlo es el dúo de pilotos con más experiencia de la parrilla de salida.

Williams y Red Bull con aspiraciones

Junto a estos tres equipos, hay dos escuderías capaces de dar guerra en los puestos de cabeza, Red Bull y Williams. Estos equipos están cambiando sus estrategias para ser más rentables y perdurar tras una temporada 2014 especial: Red Bull ganó tres carreras y Williams ocupó en varias ocasiones un lugar en el podio.

Los austriacos, que perdieron a Vettel, redujeron sus ‘alas’ y confían más que nunca en la juventud de sus pilotos, el australiano Daniel Ricciardo y el ruso Daniil Kvyat, para comenzar un nuevo ciclo… o para convencer a un comprador.

Los ingleses de Grove, dirigidos por el eterno Sir Frank Williams y su hija Claire, vuelven al primer plano tras pasar unos años en la mediocridad.

Williams pasó en un año de acabar octavo del campeonato a terminar en tercer lugar gracias a una revisión total y a un nuevo motor Mercedes. Su sólida pareja de pilotos la forman el experimentado brasileño Felipe Massa (ex Ferrari) y el prometedor finlandés Valtteri Bottas. Sin embargo, el corto presupuesto del equipo es lo que podría frenar las ambiciones de la escudería en su escalada a lo más alto.

Red Bull Racing dejó de ser la referencia de la competición -ocho títulos mundiales en cuatro temporadas- tras el título de Mercedes. La escudería del austriaco Dietrich Mateschitz pone todas sus esperanzas en Ricciardo, único piloto fuera de Mercedes que consiguió ganar el año pasado (tres victorias). Una cosa es segura, esta temporada se irá rápido, muy rápido.