Embozadas con pañuelos rosas y morados cientos de mujeres mexicanas se manifestaron para celebrar el día internacional de la mujer, en una marcha que estuvo encabezada por las madres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.

“Algunas mamás están contentas por su día de la mujer, tienen a sus familias completas, pero al menos a mi, me falta un hijo”, dijo con un micrófono en la mano y parada en un templete, Concepción Tlatempa, madre de uno de los jóvenes desaparecidos el 26 de septiembre pasado a manos de policías corruptos en Iguala y presumiblemente masacrados, según la investigación de la fiscalía.

Ante cientos de personas, las madres de los jóvenes dijeron que han perdido el miedo.

“Ya no tenemos miedo, el dolor se nos ha convertido en rabia”, gritó María Elena Guerrero Vázquez, mamá de otro estudiante de Ayotzinapa desaparecido.

Con pancartas y tambores y otros instrumentos, un nutrido grupo de mujeres, algunas con los senos descubiertos y los cuerpos pintados de llamativos colores, bailaban al tiempo que soltaban consignas.

“Ante la violencia machista, auntodefensa feminista”, gritaban mientras avanzaban por Avenida de la Reforma, la más céntrica de la capital, hacia la plaza del monumento a La Madre.

“Me estoy uniendo a estas madres que cargan el mismo dolor que yo, que no saben sí sus hijos están muertos o vivos, es el mismo dolor y desesperación”, dijo de su lado a la AFP Norma Andrade, fundadora de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, una organización que agrupa a familiares de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez (norte).

Los manifestantes pasaron lista a los 43 desparecidos y elevaron el mismo número de globos de cantoya en su honor.

“Hemos dejado todo, casa, hijos, trabajo porque tenemos que buscar al hijo que el gobierno nos arrebató”, señaló de su lado Carmen Cruz, madre de José Annibal Cruz, quien recordó que desde que los estudiantes desaparecieron, ella y los demás padres de los jóvenes se mudaron a la escuela, ubicada en las montañas de la Sierra Madre del Sur en Guerrero, para dedicarse a la búsqueda.

Entre los manifestantes estaban mujeres integrantes de organizaciones sindicales y feministas que les brindaron su apoyo.

Con el puño izquierdo en alto y cantando “Venceremos”, un himno que se ha vuelto una tradición en las marchas por Ayotzinapa, se vio por primera vez sonriendo sobre el templete a estas humildes mujeres que buscan de manera incansable a sus hijos desde hace casi seis meses.