Tras estar por semanas en recuperación, seis pingüinos, cuatro hembras y dos machos, fueron liberados en alta mar. Poco a poco fueron reconociendo las olas y las corrientes, que recién habían comenzado a descubrir cuando resultaron heridos en las costas de la zona en Concepción.

Las redes, la contaminación o el ataque de otros animales, y a veces humanos, son la principal razón por la que estas aves deben ser intervenidas en centros especializados, según comentó la Jefa de Gestión Ambiental de Sernapesca, Astrid Guerra.

Los animales ingresaron al HCV de la USS en diferentes fechas, sin embargo, todos presentaron lesiones similares atribuibles a una misma causa: quedaron atrapados en redes de pesca.

Dos de estos pingüinos estuvieron en recuperación en el Zoológico de Concepción y cuatro en la Universidad San Sebastián. Según explican los expertos por lo general estos animales presentan politraumatismos, erosión en las aletas, problemas respiratorios y muy habitualmente nutricionales.

Cerca del mediodía, personal de Sernapesca retiró a los pingüinos desde el Campus Las Tres Pascualas de la USS para dirigirse luego a Talcahuano junto a médicos veterinarios. Una patrullera de la Armada fue la encargada de internarse mar adentro por la Bahía de Concepción, para finalmente depositar a los ejemplares directamente en el océano.

“Lo positivo es que los pingüinos son animales sociables. Comparten su hábitat sin problemas, incluso con pingüinos de otros tipos (Humboldt, magallánicos) y nadan juntos en busca del alimento. Lo más grave que puede ocurrir es la impronta, que es el apego al ser humano, situación que en este caso creemos que no se dio por el breve tiempo que permanecieron bajo nuestros cuidados”, manifestó el doctor Miguel Ángel Mansilla Campos, médico veterinario del Hospital Clínico Veterinario de la USS.

Las historias de los pingüinos son diferentes. Sus lugares de origen fueron esta vez Lenga, Tomé, bahía de San Vicente y Cobquecura. Según explicó el doctor Álvaro Berríos Salas, decano de Medicina Veterinaria de la USS, “cuando los barcos pescan los pingüinos se acercan a comer, pero quedan atrapados en las redes y no pueden salir a respirar.

Asimismo, el doctor Miguel Ángel Mansilla Campos clarificó que los animales recibieron antibióticos, anti inflamatorios, cremas cicatrizantes en las heridas y dieta en base a papillas de sardinas, enriquecidas con aminoácidos.

“Todos ellos llegaron con la zona torácica inflamada debido a la presión que generan las redes en sus cuerpos. El alta la determinamos a través de evaluaciones generales de su capacidad de nado, de sumergirse y de acuerdo a la impermeabilización de sus plumas, ya que sin esto no logran el flote y pueden ahogarse”, contó. Para apoyar la rehabilitación se les efectuó también fisioterapia en piscina con recambio permanente de agua (para evitar infecciones).

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