El uso de sustancias nocivas para la salud sigue siendo una práctica habitual entre los traficantes, con el objetivo de aumentar el volumen -sin perder los efectos de las drogas- y de esta forma elevar las ganancias ilícitas.

Dos traficantes fueron detenidos esta semana por la PDI en una investigación conjunta con la unidad de drogas de la fiscalía local penquista, que les incautó 2 kilos y medio de cocaína base y -lo más llamativo- 127 gramos de cafeína, que presenta un color blanco similar al estimulante.

Para la fiscal Carla Hernández es común que los traficantes aumenten la cantidad de droga con lo que sea, pensando en multiplicar las ganancias ilícitas.

Estudios del Instituto de Salud Pública sobre las sustancias decomisadas, demuestran que la pasta base llega a la zona con una pureza inferior al 40 por ciento y más del 25 por ciento corresponde a diluyentes o adulterantes.

Por su parte, el comisario Eduardo Flores, jefe de la Brigada Antinarcóticos, agregó que el abanico de elementos que pueden mezclarse es tan amplio como tóxico.

Los principales adulterantes encontrados son anestésicos locales como lidocaína, procaína y benzocaína. También analgésicos antiinflamatorios, como paracetamol, ácido acetil salicílico, fenacetina y aminopirina, éstas últimas tóxicas a nivel renal y hepático.

Y entre los diluyentes, los análisis de laboratorio muestran carbonatos, azúcares y almidón.