Los esfuerzos por recomponer los lazos entre Estados Unidos y Cuba no alcanzarán el punto de convencer a Washington a devolver a La Habana el control de la base de Guantánamo, en el extremo sudeste de la isla, indicó el jueves la Casa Blanca.

“El presidente piensa realmente que la prisión de la base de Guantánamo debe ser cerrada. Pero la base naval no es algo que deseemos cerrar”, expresó Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca.

Ese territorio incluye una importante base naval y un controvertido centro militar de detención, que comenzó a ser utilizado para mantener encarcelados a sospechosos de terrorismo apenas cuatro meses después de los atentados del 11 de septiembre de 2011.

El presidente Barack Obama ya ha dejado clara su intención de hacer lo que sea necesario para cerrar ese centro de detención, una determinación que destacó inclusive en su último discurso anual sobre el Estado de la Unión.

El miércoles, al hablar durante la Cumbre de la CELAC en Costa Rica, el presidente cubano, Raúl Castro, puso de manifiesto que la restitución del control de ese territorio de 116 kilómetros cuadrados constituye un paso necesario para la normalización de las relaciones con Estados Unidos.

Ese territorio está bajo control estadounidense desde 1903.

Estados Unidos y Cuba sorprendieron el mundo el pasado 17 de diciembre al anunciar la intención de poner fin a medio siglo de desentendimientos y normalizar sus relaciones diplomáticas, en un acuerdo que quedó sellado en una histórica conversación telefónica entre Obama y Raúl Castro.

Sin embargo, las medidas administrativas anunciadas por Washington como parte de esa reaproximación no flexibilizan el rígido embargo estadounidense a Cuba, ya que ello está codificado en ley y su derogación estará en manos del Congreso.