La semana pasada fue conocida la renuncia del líder el grupo islamófobo alemán Pégida, Lutz Bachmann, tras la publicación de una foto suya en la que posaba caracterizado como Hitler, con su bigote y conocido peinado.

La imagen confirmó suposiciones y trajo nuevamente a la discusión el componente racista del movimiento que rehúsa de la expansión del islam por occidente.

Sus participantes han negado en reiteradas ocasiones que existan matices nazistas en su avance, sin embargo, tanto la fotografía como otra clase de expresiones, apuntan a lo contrario.

Cómo son sus adherentes

El Centro Científico para la Investigación Social de Berlín desarrolló una investigación en una de las manifestaciones de Pegida para intentar caracterizar sociológicamente a los asistentes a la protesta.

Allí notaron que la mayoría de los participantes eran de sexo masculino, que llamaban la atención ciertos grupos de hombres vestidos con insignias de hooligans y neonazis, y buscaron establecer contacto con estos, señaló DW.

De los 17.000 a 20.000 participantes a la marcha en cuestión, sólo 670 aceptaron que se les entregara un formulario para el estudio, y únicamente 123 respondieron, lo que da muestra de su reserva.

Los científicos asimismo evaluaron que las personas que contestaron las preguntas eran, sobre todo, de buena formación y con ingresos regulares. La mayoría eran de Dresde o de las cercanías de esta ciudad de Sajonia.

Si bien conforman un grupo especial, justamente esa característica despierta las sospechas de los investigadores: “Siempre se supone que las tendencias racistas y de extrema derecha son menores entre las personas educadas”, explica Sabrina Zajak, una de las realizadoras.

Algo que contradicen, aparentemente, los resultados de esta indagación.

Las medidas del gobierno

Las autoridades han prohibido manifestaciones de Pegida debido a alertas por posibles atentados durante el acto.

El gobierno alemán lamentó esa medida y resaltó la importancia de la libertad de reunión y expresión. El portavoz del gobierno, Steffen Seibert, dijo que esos son “altos valores que se deben defender en nuestra democracia” y subrayó que es de desear “que los ciudadanos puedan ejercer esos derechos fundamentales sin limitación alguna”.

Igualmente, fueron prohibidas todas las manifestaciones al aire libre debido a los temores de las autoridades en cuanto a seguridad. Los portavoces de Pegida, por su parte, afirmaron que piensan seguir con sus protestas.

Una razonable preocupación

En las manifestaciones de Dresde seguramente también participan radicales de extrema derecha. Pero los movimientos como Pegida arrastran a personas de cualquier índole política y capa social, asegura la DW.

No como miembros de una masa con uniforme marrón neonazi que marcha por Alemania siguiendo una coreografía perfecta, sino como algo que saca a la luz una discusión sobre las preocupaciones y miedos de un número nada despreciable de alemanes.

“Compartidas mil veces en privado en el bar o en las noches de barbacoa, estas preocupaciones son ahora visibles para todos. Cada vez más ciudadanos descubren que no están solos con sus pensamientos. Negar estas preocupaciones o insultar y difamar a los manifestantes no hará cambiar de opinión a nadie“, señala la televisión alemana.