Cantidad de hectáreas sin riego, pérdida de empleos y el impacto económico que se está generando en los productores agrícolas son parte del documento.

De acuerdo al informe que dará a conocer hoy la Sociedad Agrícola del Norte, más del 56% de las hectáreas agrícolas de la Región de Coquimbo (120.786) han dejado de ser regadas.

La situación más compleja la presenta la Provincia de Limarí, que concentra sobre el 50% del total regional y donde más de 66% de las hectáreas (47.540) han dejado de recibir el vital elemento.

Las zonas que se han dejado de regar y secar sus cultivos son los sectores de Huatulame y Punitaqui, ya que la dotación hídrica de esta temporada es cero.

La Provincia de Elqui tiene 26.518 hectáreas productivas, de las cuales se han dejado de regar en la última temporada 10.870 hectáreas, equivalentes al 40,99%.

En el valle del Choapa existían 22.806 hectáreas bajo riego. De ellas, se ha dejado de regar el 44,94%, por lo que en la actualidad sólo existen 12.556 hectáreas bajo riego.

Estos son algunos de los lapidarios datos que serán entregados hoy en la Gobernación de Limarí por parte de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN).

La entidad elaboró un informe que considera temas como reducción de la mano de obra, niveles de las exportaciones y situación de los ocho embalses de la región, considerando su ubicación y capacidad.

Estos otorgan un 85% de seguridad de riego en condiciones normales y hoy se encuentran con apenas 6% de su capacidad en promedio.

“Como Sociedad Agrícola del Norte estamos preocupados no sólo de nuestros socios, sino también de todos los agricultores que están sufriendo con esta situación” dijo María Inés Figari, presidenta de la SAN.

Figari además dice que “el cierre de campos tiene una serie de repercusiones: para la familia campesina es complejo perder oportunidades de trabajo cerca de sus hogares; el comercio, transporte y los mismos consumidores se ven afectados al disminuir la oferta de productos.”

Además de los efectos económicos hay implicancias sociales que debemos abordar en conjunto como gremio junto a las autoridades para generar soluciones a corto, mediano y largo plazo para impedir que la agricultura de nuestra región muera”, concluye Figari.

Por su parte, la secretaria ejecutiva de la Sociedad Agrícola del Norte, Daniela Norambuena, destacó que “los efectos de la sequía no sólo se reflejan en una disminución de la producción, sino que las repercusiones alcanzan al comercio y transporte, que presentan mermas del 50% o más en sus ventas.

“El informe que presentaremos incluye datos duros de esta realidad y además algunas propuestas para trabajar en conjunto, privados y autoridades”, aseguró Norambuena.