Los seis astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI) retornaron el miércoles al módulo estadounidense del complejo, tras pasar buena parte de la jornada en el segmento ruso tras una alarma sobre una posible fuga de amoníaco.

Usando máscaras de oxígeno por precaución los astronautas abrieron la escotilla que une a los dos módulos, casi diez horas después de pasada la alarma inicial sobre la presencia del gas tóxico, informó la NASA.

“No ha habido ningún registro de amoníaco”, señaló Rob Navias comentarista del canal de televisión de la Nasa, precisando que los astronautas retornaron a sus ocupaciones normales.

El amoníaco que se usa en los sistemas de enfriamiento y calefacción de la base espacial orbital, puede quemar los ojos y los pulmones de los astronautas si es inhalado.

El problema puede haber sido “un falso indicio”, según dijo Jim Kelly desde el centro de control en Houston, Texas, al astronauta estadounidense y comandante de la EEI Barry Wilmore, en una conversación transmitida en vivo por la NASA.

“En términos generales, todavía estamos tratando de entender lo que ocurrió”, dijo Kelly. La alarma puede haberse desatado por un problema en el sensor y en una computadora, añadió.

“Nos está pareciendo cada vez más posible que esto haya sido un falso indicio, lo cual es una muy buena noticia”, dijo Kelly.

Los seis astronautas refugiados en el segmento ruso agradecieron las manifestaciones de solidaridad y preocupación con su situación.

“Hola a todos, muchas gracias por sus preocupaciones. Estamos todos a salvo y bien en el segmento ruso”, escribió la astronauta italiana Samantha Cristoforetti, quien desde que se instaló en la EEI ha sido muy activa en Twitter publicando abundantes fotos de la Tierra.

Un falso indicio

La agencia espacial rusa había indicado temprano que una fuga de una sustancia tóxica, probablemente amoniaco, había provocado la evacuación del segmento estadounidense de la EEI.

“La sustancia tóxica fue emitida desde un sistema de refrigeración dentro de la atmósfera de la estación en el segmento estadounidense” hacia las 08H44 GMT, había indicado la agencia rusa en un comunicado.

El problema pareció evidente cuando los controladores en Houston “notaron un aumento de la presión en el circuito de agua para el control térmico del sistema B de la estación, y luego detectaron un aumento de presión en la cabina que podría ser indicio de una fuga de amoniaco, en el peor de los casos”, informó la NASA en su sitio web.

Samantha Cristoforetti / Google +

Samantha Cristoforetti / Google +

La estación orbital es una poco frecuente área de cooperación entre Rusia y Estados Unidos y se ha salvado de las tensiones provocadas por la crisis en Ucrania, a raíz de la cual Washington impuso sanciones a Moscú.

En total 16 países trabajan en la EEI, cuyo costo está cubierto básicamente por Estados Unidos.

Desde que la NASA jubiló a su flota de transbordadores en 2011, depende enteramente de Rusia para enviar a sus astronautas a la estación espacial.

Cuando la alarma sonó, la tripulación de la Expedition 42 estaba despierta desde hacía dos horas, desembarcando la carga que llevó la nave Dragon, de la empresa privada SpaceX, hace unos días.

Actualmente, dos mujeres y cuatro hombres de Rusia, Estados Unidos e Italia viven en la estación: además de Wilmore y Cristoforetti, están Elena Serova, Alexander Samoukutyaev, Terry Virts y Anton Shkaplerov.