¿Tienes sueño todo el día y luego te cuesta dormir en la noche? Probablemente lo anterior no sea tu culpa, más bien puede que esta condición sea producto de un delicado balance dentro de tu cuerpo que no se adapta al estilo de vida que estás llevando.

Cada persona cuenta con un reloj biológico llamado circandiano, el cual es responsable de controlar los sueños a través de la liberación de hormonas ubicadas en una glándula del tamaño de una arveja situada en medio del cerebro.

Según explicó la doctora Hannah Fry de la University College de Londres, esa glándula comenzará a liberar una sustancia llamada melatonina que dará efecto cerca de las nueve de la noche.

Luego, los niveles de esta hormona se encontrarán altos por 12 horas continuas (tiempo en el que la persona normalmente dormirá) para luego comenzar a reducirse de manera gradual durante la mañana hasta detenerse cerca de mediodía.

Lo anterior, corresponde al ciclo de una persona que no sufre mayores dificultades para despertarse en la mañana y puede rendir de manera eficiente antes del mediodía, pero ¿qué sucede con quiénes no tienen el mismo ciclo?

Si te cuesta levantarte, tienes sueño durante todo el día y te quedas dormido en el trabajo, probablemente tus niveles de melatoninas se mantienen bajos durante la noche y altos durante el día, en otras palabras: tu ciclo está invertido al anterior.

En consecuencia, para algunos dará igual si se acuestan a las nueve de la noche o un par de horas después, ya que siempre les será tarea difícil conciliar el sueño nocturno.

Eso no quiere decir que quienes tengan el reloj de “manera correcta” no tengan dificultades para dormir. Luego de una fiesta, aunque se acuesten cerca de las 5 ó 6 de la mañana, su “despertador” biológico les abrirá los ojos cerca el mediodía.

Este fenómeno de las diferencias entre ciclos circandianos, se justifica a través de argumentos que aseguran que existe una ventaja evolutiva en ello: el hecho de tener personas mañaneras y nocturnas permitía mantener el refugio siempre protegido.

Adolescentes y reloj biológico

Pese a que todas las personas cuentan con un ciclo u otro, normalmente se cumple la regla general de que los adolescentes tengan el ciclo de una persona nocturna. Es por eso que muchos jóvenes que se acuestan antes medianoche no pueden conciliar el sueño hasta más tarde y en la mañana les cobra un enorme trabajo levantarse de la cama.

Aún así existe otro culpable que dificulta dormir: la tecnología. Los smartphones alteran los ciclos de sueño, puesto que los niveles de luz que emiten (conocidos como luz azul) envían una señal al cuerpo que comienza a disminuir los niveles de melatonina.

Televisores, tablets, computadoras, todos emiten esas pequeñas ondas que llaman al cuerpo a mantenerse despierto engañándolo como si aún fuese de día. Así que, si tienes dificultades para dormir y no tienes otra opción más que levantarte temprano, es recomendable que no te expongas a la luz de las pantallas en tus últimas horas del día.