El avance histórico en las conflictivas relaciones entre Estados Unidos y Cuba anunciado este miércoles permitirá que fluya más dinero hacia la isla caribeña pero se mantendrán bajo controles estrictos las relaciones comerciales e inversiones, según analistas.

Gary Hufbauer, del Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington declaró a la AFP que “esto es sólo el comienzo de un largo camino hacia la normalización”. 

“Para la mayor parte, las empresas estadounidenses todavía están bloqueadas, no sólo por las sanciones de Estados Unidos, sino también por la pesada mano del Estado en Cuba”, acotó.

Después de un embargo comercial a Cuba desde hace más de 50 años, la Casa Blanca dijo que ampliará la cantidad de dinero que los ciudadanos estadounidenses pueden enviar al empobrecido país comunista y abrirá el flujo de turistas estadounidenses que viajan allí.

Sin embargo, la inversión y el comercio permanecerán estrictamente controlados bajo las leyes aprobadas por el Congreso estadounidense y las propias restricciones del régimen cubano, manteniendo a raya intentos para entrar en el mercado cubano por parte de industrias estadounidenses desde las hoteleras hasta las compañías petroleras y fabricantes de automóviles.

El acuerdo anunciado por la Casa Blanca impulsará el flujo de dólares a Cuba. Se cuadruplica ahora el monto de las remesas permitidas hasta 2.000 dólares por trimestre por persona, y se da autorización general para amplias filas de visitantes estadounidenses a la isla.

También permite a los estadounidenses exportar materiales de construcción y equipamento agrícola a Cuba para apoyar al naciente sector privado.

“Este cambio hará que sea más fácil para los ciudadanos cubanos tener acceso a determinados bienes de menor precio y mejorar su nivel de vida y obtener una mayor independencia económica del Estado”, dijo la Casa Blanca.

También el acuerdo permite a los bancos de Estados Unidos establecer cuentas en entidades financieras cubanas para facilitar la transferencia y el uso de tarjetas de crédito y débito de Estados Unidos, lo que facilitará más visitas al país y mayor flujo de dólares hacia el interior también.

La Casa Blanca también indicó que la industria norteamericana de telecomunicaciones podrá construir infraestructura para servicios telefónicos y de internet en Cuba, mejorando las comunicaciones entre ambas naciones. 

Pero más allá de eso, había poco para los negocios, ya que el embargo de  cinco décadas se mantiene oficialmente en su lugar.

El presidente Obama “ha hecho prácticamente todo lo que puede sin una ley del Congreso anunciando cambios radicales en las sanciones de Estados Unidos contra Cuba”, dijo Lawrence Ward, un abogado de negocios internacional con la firma de abogados Dorsey & Whitney.

“Obama ha colocado de lleno la pelota en el tejado del Congreso para participar en un debate serio sobre el levantamiento plenamente el embargo de 50 años.”, enfatizó. 

A su vez, Hufbauer dijo que siguen habiendo obstáculos importantes para que eso suceda.

“Ambos, comercio e inversión, dependen de liberalización recíproca”, afirmó, para acotar que Cuba también debe “compensar por expropiaciones pasadas” realizadas tras la llegada de Fidel Castro al poder en 1959 con la revolución comunista cubana.