“Lo que pasó para mí ha sido muy triste y quiero pedir perdón a su familia, yo siempre lo quise mucho y no fue mi intención matarlo. Espero que me sepan comprender, ya que estoy muy mal con esto”, fueron las palabras de Cristina de las Mercedes Vásquez Verdugo, la mujer que confesó haber asesinado a su pareja en la localidad de Altos de Caone, región del Maule.

El crimen quedó al descubierto cuando un pescador descubrió los restos del hombre, en un avanzado estado de descomposición, al interior de un saco en el río Mataquito de Curicó, a la altura del kilómetro 37 de la ruta J-60.

El 5 de noviembre, la mujer de 32 años confesó haber disparado con una escopeta a su pareja a al altura del tórax y haber ejecutado un plan para ocultar el hecho.

La mujer habría puesto en un saco los restos de Juan José González Becerra, luego lo habría subido a una camioneta para trasladarlo hasta el río, donde lo arrojó.

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La mujer fue formalizada por el delito de parricidio y fue ingresada a un centro penitenciario para cumplir la medida cautelar de prisión preventiva. Sin embargo, la decisión del tribunal fue revocada por la Corte de Apelaciones de Talca y la medida fue cambiada por arresto domiciliario nocturno, arraigo nacional y firma mensual en un cuartel de Carabineros.

Han pasado dos meses desde la noche en que acabó con la vida de su conviviente, con quien tenía tres hijos. Cristina Vásquez espera el momento en que deba enfrentar nuevamente a la justicia para responder por la muerte de su pareja.

“El me pegaba, me maltrataba, me quemaba con cigarros, me cortaba la piel, pero yo siempre traté de ocultarlo y que nadie supiera, porque me daba vergüenza”, detalló Vásquez y agregó que incluso la obligaba a someterse a relaciones sexuales en contra de su voluntad.

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Cristina Vásquez cuenta que “esa noche llegó ebrio como de costumbre y me pegó un empujón con el que me lanzó debajo de la mesa. Después me pegó un combo. Mientras me gritaba que me mataría a mí y a nuestros tres hijos”.

Cristina se escapó para poder esconder la escopeta con la que la había amenazado, “él siempre me persiguió con un palo muy de cerca. En un momento yo puse la mano para detenerlo, mientras con la otra sostenía el arma, y en ese minuto se me salió el disparo… siempre tuve miedo, mucho miedo”, relató.

La mujer asegura que en reiteradas oportunidades interpuso denuncias por violencia intrafamiliar ante la policía y que cuando vivían en Rauco, un tribunal dictó una orden de alejamiento en su favor, la que jamás fue respetada por su pareja.

“Ese día salimos del juzgado, él hacía la Alameda y yo hacía Camilo Henríquez, pero cuando llegué a mi casa me lo encontré sentado y mirándome. Ahí fue cuando me dijo que por ahora no me golpearía, pero me advirtió que si yo lo denunciaba nuevamente a los Carabineros, él me terminaría matando”, relató.

“Quiero pedir perdón a su familia, yo sé que ellos tienen mucha pena por la pérdida, al igual que yo, pero quiero que me comprendan y que no me hagan nada. En las noches no puedo dormir, en el día no puedo andar tranquila, y no me dan ganas de comer de tanto pensar en su familia y el dolor que les produje”, puntualizó Vásquez.

Pese a que Cristina Vásquez está en libertad, sujeta a medidas cautelares alternativas a la prisión preventiva, la investigación iniciada por la Fiscalía continúa y en dos meses más deberá volver a enfrentar a la justicia.