Los colegios electorales abrieron el viernes en Groenlandia para unos comicios legislativos anticipados donde los votantes deberán decidir entre los socialdemócratas, golpeados por un escándalo de malversación, y el partido de extrema izquierda que perdió en 2013.

En este territorio autónomo de Dinamarca, los comicios se celebran tras el hundimiento de la coalición de gobierno de Aleqa Hammond, apartada del poder tras conocerse la existencia de billetes de avión y cargos de hotel de los que ella y su familia se habrían beneficiado.

El otro gran partido de Groenlandia, que pasó a la oposición tras las elecciones legislativas de marzo de 2013, es el Inuit Ataqatigiit (IA, independentista de extrema izquierda), liderado por Sara Olsvig.

La formación de extrema izquierda se encontraba a la cabeza en las últimas encuestas, aupada por la revelación de último minuto del terrible estado de las finanzas públicas.

La campaña se ha centrado en cómo  desarrollar una isla rica en recursos mineros y donde sin embargo la economía sigue dependiendo de la pesca y las subvenciones de Dinamarca. 

El PIB de esta isla de 57.000 habitantes se contrajo un 1,9 % en 2013, y entre los jóvenes predomina la tentación de emigrar en busca de un futuro mejor.